Antonia Gudiño vivió por años sin saber que la
fiebre del Valle estaba en sus pulmones y que iba a estar entre camas de hospital. "Era difícil, pero Dios me ha dado las fuerzas para estar aquí", dice entre lágrimas. Quien también se vio afectada fue Julisa García, quien cuenta que lo que le dio fuerzas para salir adelante es haberse enterado de que estaba embarazada y que no solo tenía que cuidar su vida sino la de su bebé.
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