FRESNO, California.- Luis Navarrete jamás imaginó que su vida cambiaría drásticamente en abril pasado, cuando recibió la devastadora noticia de que su hija, madre de dos niñas pequeñas , había sufrido un grave accidente vehicular en Estados Unidos y se encontraba en coma. Sin dudarlo, dejó todo en México y emprendió un viaje urgente con una visa humanitaria hacia Fresno, donde su hija luchaba por su vida.
“Le daban 24 horas de vida”: padre viaja desde México para despedirse, pero su hija despertó del coma
Luis Navarrete viajó con visa humanitaria para cuidar a su hija en coma tras un accidente en EE.UU. La joven madre despertó sin memoria tras 20 días en coma y aún enfrenta un largo tratamiento médico.

“ Le daban 24 horas de vida”, recuerda Luis con la voz entrecortada. “Imagínate tú la felicidad que yo llevo ahora, de verla ya en un estado bien”.
Durante aproximadamente 20 días, la joven permaneció en estado de coma. Al despertar, no reconocía a nadie, ni siquiera a su padre. Luis vivió momentos de angustia y desconcierto, pero nunca perdió la esperanza. “ Estuvo dos meses sin conocer a nadie, sin saber nada de ella”, cuenta. “Para ella fue algo muy difícil de superar”.
Aunque su hija aún enfrenta un proceso largo de recuperación, incluyendo cirugías en el cráneo y terapias posteriores, Luis ahora puede regresar a México con el alma más tranquila. Su esperanza más grande es que pronto ella también pueda reunirse con sus hijas. “Ya sé que va a llegar con vida, ya sé que va a estar al lado de sus hijas. Me siento súper feliz”, dijo conmovido.
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Voluntarios ofrecieron ayuda al padre de mujer hospitalizada
Durante su estadía en Fresno, Luis encontró apoyo en Terry’s House, un albergue destinado a hospedar a familiares de pacientes hospitalizados en el Community Regional Medical Center.
Agradecido, recuerda con cariño a todo el personal y voluntarios que le ofrecieron alimento, abrigo y compañía en medio del dolor. “Encontré personas muy buenas, las cuales, sin necesidad de que uno les ande pidiendo, te abren las puertas, te dan de comer, te acobijan”, afirmó.
Luis asegura que el calor humano que recibió en ese lugar fue esencial para sobrellevar uno de los momentos más difíciles de su vida. “Mi agradecimiento para todos, para ti, para todo el personal del hospital y para todos los de Terry House. Que Dios me los bendiga. Los llevo en mi corazón”.
Luis regresa a casa con una nueva fe en la vida, esperando el día en que su hija pueda abrazar nuevamente a sus pequeñas.

















