Una masa de aire ártico trajo temperaturas bajo cero a gran parte del este de EE. UU. el lunes 10 de noviembre, y en Chicago el frío comenzó a sentirse desde la madrugada. La llamada ola de frío polar dejó nieve con potencial de récord en la ciudad, y el impacto de la tormenta se vio reforzado por la nieve de efecto lago.
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