Dallas, Texas. - Con el sol cayendo en el horizonte y al lado de las únicas 13 columnas de su templo que quedaron en pie, la congregación de la Primera Iglesia Bautista de Dallas se reunió durante el atardecer de este martes para conmemorar, cerrar un ciclo y darle paso a otro.
Un tornado destruyó su templo, la pandemia golpeó fuertemente a la congregación, pero una iglesia hispana en Dallas sigue en pie
A pesar de la necesidad económica, el pastor dice que no es el momento de pedir dinero para construir el templo nuevo.

“Dios da y Dios quita”, dijo Julia Aguilar, feligrés de esa iglesia desde 1987. “Bendito sea el nombre del señor. Nosotros seguimos con mucha fe y esperanza, a pesar de lo que pasó, no nos vamos a quedar así “, agregó.
Esa noche, en persona o desde sus carros, marcó la primera vez que 40 de los integrantes de la iglesia se reunían desde el 20 de octubre del año pasado cuando un tornado EF3 tocó tierra en Dallas y arrancó el templo de sus cimientos.
Tras el paso de la tormenta que dañó a más de 900 estructuras, la iglesia comenzó a buscar como levantar cabeza hasta que llegó la pandemia.
Ricardo Brambilla, pastor de la iglesia, describió muy bien como se sintieron en aquel entonces.
“En octubre sentimos como que estábamos en una lucha y nos pegaron en el estómago y nos sacaron el aire completamente y luego en marzo nos volvieron a pegar y nos volvieron a tirar”.
Esa, explicó Brambilla, hubiera sido la oportunidad perfecta para decir “hasta aquí llegamos, señores”, pero prefirieron no rendirse ante semejante prueba.
Eladio Hernández, uno de los feligreses que asistió a la vigilia, dijo que esta, “es una de las pruebas más fuertes que hemos enfrentado porque no cerramos como comunidad religiosa, seguimos adelante, aunque no teníamos donde reunirnos. Pero después el señor abrió puertas”.
Brambilla dice que el tornado y la pandemia llegaron para reforzar la misión de la iglesia: dejar los problemas propios a un lado para ofrecer un hombro sobre el cual llorar a una comunidad que lo necesita.
“Dios puso en su palabra qué hay un tiempo. Para nosotros ahorita es tiempo para que la iglesia, aún como está, ese cuerpo que somos sirva a la comunidad, a las familias, a la gente, a nuestros niños. Construir en este momento creo que no sería muy responsable. Sería una carga económica para la congregación”, indicó.
Te puede interesar:






