ARLINGTON, Texas. - Esta vez en el estadio AT&T, en Arlington, un espacio de 3 millones de pie cuadrados con aire acondicionado era más fácil y rápido contar los asientos ocupados que los que estaban vacíos durante el segundo juego de temporada de los Dallas Cowboys.
Los Dallas Cowboys sufren en su arrancada en su primer juego en casa en medio de la pandemia
El estadio AT&T llevó a efecto las medidas sanitarias recomendadas para evitar contagios por el coronavirus.


Los vaqueros sufrieron para comenzar con el pie derecho en su encuentro contra los Atlanta Falcons este domingo, otorgándole la ventaja al equipo visitante durante los primeros 15 minutos del partido.
Mientras tanto sentada en los bancos estaba una fanaticada fiel, contenta de regresar por primera vez a la tierra de Jerry Jones en esta pandemia y deseosa de ver a su equipo quedarse con la victoria bajo el brazo.
Personal del estadio estuvo monitoreando en todo momento, en cada uno de los 15 accesos, que se respetaran las medidas de seguridad implementadas para evitar o minimizar los casos de contagio por el coronavirus.
Además de las camisas de los empleados, de un amarillo fosforescente imposible de ignorar, lo primero que los fanáticos podían ver eran letreros en los que se les indicaba la obligatoriedad de usar tapabocas, lavarse las manos constantemente y mantener la distancia social de 6 pies.
Otro decía, “Bienvenidos. En este edificio se aplica activamente el distanciamiento social”.
Antes del juego, las autoridades enfatizaron la importancia de acudir al juego solo si la persona no presentaba síntomas de coronavirus.
20 minutos antes del comienzo del juego el estadio se veía vacío por dentro. Los Cowboys permitieron la presencia del público, pero nunca indicaron cual era la capacidad máxima permitida en el estadio debido a la pandemia.
Afuera, la pandemia no detuvo a quienes esperaron este momento del primer juego en casa de los vaqueros, para llevar a cabo los famosos “tailgate”.
“Estas en territorio vaqueros” decía un banderín de tamaño considerable con el que una familia latina “marco su territorio”. Armados con un televisor de pulgadas considerables, sillas, bebidas y las infaltables fajitas, siguieron paso a paso el desarrollo del duelo.
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