De la ansiedad a la esperanza: equinoterapia en Texas cambia vidas con la fuerza de los caballos

En Texas, caballos y pacientes crean un lazo que transforma vidas. La equinoterapia ayuda a personas con autismo, parálisis cerebral y TEPT a ganar fuerza, confianza y paz. Una historia de sanación silenciosa y esperanza.

Video De la soledad a la confianza: Enrique encontró su voz sobre un caballo y la equinoterapia en Texas

McKINNEY, Texas. En ManeGait, al norte de Dallas, bajo un cielo limpio y el olor a tierra húmeda, los caballos caminan despacio, casi como si supieran que están haciendo algo mucho más grande que un simple paseo.

Allá, montado con confianza, va Enrique Arredondo. A sus 17 años, este joven que alguna vez evitaba el contacto físico y no soportaba la luz del Sol, ahora sonríe mientras se adapta a un nuevo caballo llamado Bennett. Sufre de autismo.

PUBLICIDAD

“Me siento confiado cuando monto caballos”, dice. “Es una manera de acomodarme, de sentarme mejor”.

Su madre, Juanita Arredondo, recuerda otra época, más incierta. “No podía tocar muchas cosas. No podía ver el Sol. No podía ni abrazarlo”, dice, con una mezcla de asombro y gratitud.

Únete a nuestro canal de WhatsApp: Haz clic aquí para estar al tanto de las noticias y no perderte ninguna actualización.

Caballos que sanan: La equinoterapia

La equinoterapia, conocida también como hipoterapia, es algo más que montar un caballo. Es un diálogo silencioso entre humano y animal.

Mientras el caballo se mueve, su andar tridimensional activa músculos, despierta nervios dormidos y abre caminos en el cerebro que parecían cerrados.

“Solo sentarse en un caballo requiere mucha fuerza”, explica Patricia Nelson, directora ejecutiva de ManeGait. “Mantener el equilibrio desafía todo tu centro corporal”.


Aunque pueda sonar moderno, este vínculo entre caballo y humano es ancestral. Los griegos ya hablaban de los beneficios de cabalgar, pero fue en los años 50, gracias a la jinete danesa Lis Hartel, que la hipoterapia ganó reconocimiento mundial.

Hoy, ayuda a niños con autismo, adultos con parálisis cerebral, veteranos con estrés postraumático y a cualquiera que busque algo que los medicamentos no siempre ofrecen: esperanza.

Esta es una de las pistas techadas donde los pacientes de ManeGait encuentran su espacio para crecer y sanar.
Esta es una de las pistas techadas donde los pacientes de ManeGait encuentran su espacio para crecer y sanar.
Imagen Noticias 23 DFW

Un espejo de emociones: "Los caballos reflejan lo que sientes"

“La relación es única”, cuenta Nelson. “Los caballos reflejan lo que sientes. Si estás ansioso, ellos también. Si te calmas, ellos también lo hacen”.

PUBLICIDAD

Andrea Caballero, voluntaria en ManeGait, lo ve en cada sesión. “Se concentran más, controlan sus movimientos, se tranquilizan poco a poco”, dice mientras peina a uno de los caballos, quitándole suavemente la tierra del pelaje.

<i>Samson</i> es un simulador que recrea la experiencia de montar a caballo frente a una pantalla, sin necesidad de moverse del sitio.
Samson es un simulador que recrea la experiencia de montar a caballo frente a una pantalla, sin necesidad de moverse del sitio.
Imagen Noticias 23 DFW

Pequeños pasos, grandes cambios: Beneficios de la

equinoterapia

Antes de subirse al caballo, algunos pacientes trabajan en la conexión cuerpo-mente.

“Usamos toques ligeros, masajes pequeños en las manos”, explica Christy Harris, instructora del programa GaitWay. “Queremos que el cerebro despierte, que se encienda para lo que viene”.

Para quienes no pueden montar de inmediato, ManeGait ofrece a Samson, un caballo mecánico de tamaño real que simula el movimiento natural del animal.

Una manera segura de empezar y, en muchos casos, la puerta de entrada a una experiencia transformadora.

La equinoterapia construye un puente entre la conexión emocional y la sanación física.
La equinoterapia construye un puente entre la conexión emocional y la sanación física.
Imagen Noticias 23 DFW

Muchos sueños, pocas sillas de montar: El reto de ManeGait en Texas

Cada semana, 150 personas reciben terapia en ManeGait. Pero hay más de 400 en lista de espera.

La organización ya está construyendo una nueva pista cubierta y más establos para poder duplicar su capacidad el próximo año.

Porque cada historia como la de Enrique es una razón para seguir adelante.

“El hijo que tenía hace 17 años y el que tengo ahora son como el día y la noche”, dice Juanita, con los ojos brillantes.

Hoy, los abrazos que antes parecían imposibles son parte de su vida diaria.

PUBLICIDAD

Allí, bajo la luz dorada del atardecer, Enrique dirige a Bennett con un leve movimiento de las riendas. No hay prisa.

Cada paso que da es una victoria silenciosa. Y en ManeGait, esas victorias cabalgan todos los días.

Para más información sobre ManeGait, haz clic aquí