CHICAGO, Illinois. - "Muchos la ignoran, pero la verdad, la virgencita existe y está en cada momento", asegura Maricela Dimicura, madre soltera originaria de Ecuador, al acudir al Santuario de la Virgen de Guadalupe en Des Plaines, para celebrarla en su día y agradecer la respuesta a sus rezos.
La Virgen de Guadalupe "existe": Una madre ecuatoriana muestra en Chicago la respuesta a sus ruegos
Este 12 de diciembre, durante el tradicional Día de la Virgen de Guadalupe, la madre ecuatoriana Maricela Dimicura regresó al santuario en Des Plaines, Illinois, emocionada hasta las lágrimas. Hace unos meses, "con una sola velita" le pidió ayuda para recuperar a sus hijos. Y en menos de un día, tres años de sufrimientos llegaron a su fin.

Su fe absoluta, confiesa, está basada en los "milagros" que tanto ella como sus dos hijos han recibido. Hace tres años, un accidente en la frontera sur de Estados Unidos los separó, algo que nunca habían experimentado.
Y si hoy están juntos, los tres afirman que es gracias a la Virgen de Guadalupe y sin titubear expresan por qué.
Madre ecuatoriana sufre caída en la frontera
La situación en Ecuador para Mariela Dimicura se complicó desde que "el papá de mis niños se fue, me dejó sola".
Ella acababa de dar a su luz, de forma prematura, a su hijo menor, que nació a los 8 meses. En esas condiciones, dice, tuvo que comenzar a trabajar sin parar con el fin de sacar adelante tanto al niño como a su hija mayor.
Pero en 2021, con la pandemia del covid, esta joven madre quedó sin trabajo y decidió cruzar la frontera sur de Estados Unidos, en busca de oportunidades.
Hicieron el viaje, que Dimicura prefiere "mejor no recordarlo".
Sufrió un accidente que le provocó daños físicos y le partió el corazón. Por primera vez desde que dio a luz fue separada de sus hijos.
"Me caí como a 7 metros abajo (unos 23 pies) y me quedé con las manos quemadas. Me quedé con las piernas moreteadas. No podía caminar", describe.
Una separación dolorosa en Ecuador y Chicago
El auxilio médico llegó, dice la inmigrante ecuatoriana, que quedó recluida "en un hotel como 15 días", sin poder comer por si misma, ni caminar.
"Mis manos tenían puras llagas", menciona sobre ese periodo en el cual extrañaba más que nunca a sus dos hijos, su "motivo para todos los días luchar y luchar".
Los menores estuvieron en un centro de inmigración y posteriormente regresados a Ecuador.
Cuando Mariela Dimicura se recuperó, llegó hasta Chicago con la misión de trabajar y recuperar a sus hijos.
Admite que no fue fácil: "Mi corazón estaba allá con ellos".
"Con solo una velita" la súplica de una madre
A pesar de que esta madre ecuatoriana realizó todos los trámites correspondientes para reunirse con sus hijos, a casi tres años de su separación, no había respuesta.
Desesperada, "hace como cuatro o cinco meses atrás", dice que salió del trabajo rumbo al Santuario de la Virgen de Guadalupe en Des Plaines.
Eran como las 5:00 de la tarde, según recuerda, cuando se arrodilló y "con una sola velita" pidió a la Guadalupana su intervención.
A "corazón abierto" suplicó que permitiera el regreso de sus dos hijos a su lado.
Cuatro horas más tarde, recibió la llamada que tanto tiempo llevaba esperando y le dijeron: "'Sabe qué, hoy ya tienen el boleto. Ellos van a llegar a las 12 del día, en el aeropuerto'".
Dicho y hecho.
Promesa cumplida a Virgen de Guadalupe
Maricela Dimicura y sus dos hijos no tienen duda de que la Virgen de Guadalupe hizo el milagro que todos estaban pidiendo.
"Aquí está lo que te prometí, no fue enseguida, pero aquí están", cuenta que le expresó a la Virgen este jueves, al llevar sus hijos al santuario.
Allí, el benjamín de esta familia se encargó de proclamar que la Guadalupana "cumplió el milagro para estar con nuestra mamá, juntos, de nuevo. Y seguir así de toda la vida. Nunca separarnos".







