Tres bebés murieron inexplicablemente en los años 80, ahora una mujer confiesa que los sofocó

El primero en morir fue el recién nacido de Nancy Moronez. Tenía dos semanas cuando falleció el 28 de marzo de 1980. Casi cuatro años después, en marzo de 1984, fue el turno de un bebé de seis meses. En febrero de 1985, perdió la vida una niña de dos meses.

En los tres casos, el forense determinó que los menores habían sido víctimas del síndrome de muerte súbita del lactante, como se clasifica la muerte repentina e inexplicable de un bebé aparentemente sano.

Pero en marzo del 2015, la hija de Moronez acudió a las autoridades con una versión macabra de lo ocurrido a su hermano: su madre le había confesado que lo sofocó con una bolsa negra de basura hasta que dejó de llorar, de acuerdo con una querella en contra de Moronez obtenida por el Milwaukee Journal Sentinel.

Ese testimonio llevó a investigadores a reabrir ese caso y el de las otras dos muertes, pues Moronez había sido la niñera de los bebés que fallecieron en 1984 y 1985.

Policías de Milwaukee y Franklin, donde murieron los pequeños, arrestaton a la mujer de 60 años esta semana. Se le imputaron tres cargos de asesinato en segundo grado, de acuerdo con el archivo digital de cortes de Wisconsin.

Al ser interrogada por un detective de la policía de Milwaukee, Moronez confesó ser responsable de las muertes. Alegó que "no aguanta a los niños que lloran constantemente", reportó la AP en base a documentos judiciales.

Al bebé de seis meses que cuidaba luego de que sus padres contestaran un anuncio en el periódico, le puso una cobija "bien pegada a su rostro". En aquel momento le dijo a la policía que se había preocupado cuando el niño se puso morado, como su hijo cuando había muerto, señaló la agencia.

Moronez también afirmó haber usado una cobija para asfixiar a la niña de dos meses que falleció en 1985. La bebé "como que se revolcaba en sus manos" a medida que era sofocada, relató Moronez. También le pellizcó la nariz y la boca porque lloraba, según la querella.

En el caso de su propio hijo de 18 días de nacido, Moronez dijo a la policía que si bien lo había matado, no había usado una bolsa como alegó su hija. Afirmó que "lo puso en el agua y vio burbujas que salían de su nariz y boca" y lo vio cómo se movía en el líquido.

Luego, le mintió a su hija y le dijo que lo había asfixiado con una bolsa, reportó el Journal Sentinel.

Si es encontrada culpable, Moronez podría ser condenada a 60 años en prisión. Tiene una cita en una corte de Oshkosh, Wisconsin, el 1 de marzo.

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