Este jueves, el icónico estadio vuelve a abrir sus puertas para recibir a cientos de fanáticos que van a ocupar el 25% de los asientos para disfrutar del juego entre los Chicago Cubs y Pittsburgh Pirates. En esta ocasión, los boletos serán digitales y habrá mascarillas y desinfectantes disponibles. Los asistentes se sentarán en pequeños grupos y no se admitirá dinero en efectivo para la compra de comida, entre otras cosas.