Su peligrosidad es tan relevante que las autoridades incluso lo han llamado "el juego del suicidio". Los menores ingresan un número de teléfono desconocido a sus contactos de WhatsApp y después ese número les envía imágenes grotescas y les pide realizar una serie de acciones, las cuales, a menudo, implican enviar imágenes y videos de autolesión y en algunos casos suicidio. El controlador del juego afirma conocer información personal de los menores y los amenaza si no siguen las órdenes.