Dicen que el mejor amigo de una mujer es su peluquero o peluquera. Bajo esta premisa, el estado de Illinois buscar sacar provecho del especial vínculo de confianza entre clientas y profesionales de la belleza (incluidos estilistas, barberos, cosmetólogos, manicuristas), con una ley que ayude a combatir la violencia doméstica.
Por qué entrenan a los peluqueros para combatir la violencia doméstica
Una de cada tres mujeres es maltratada por su pareja en casos de abuso doméstico. A partir del 1 de enero en Illinois los profesionales de la belleza están obligados a capacitarse para reconocer signos de violencia física y psicológica y proveer de asistencia a las víctimas como un requerimiento para renovar sus licencias.


Según cifras federales, una de cada tres mujeres es maltratada por su pareja en algún momento de sus vidas y se calculan unos 10 millones de casos por año en todo el país. En Illinois se registraron casi 105 mil casos de violencia doméstica solo en 2015 de acuerdo con los reportes de la Illinois Criminal Justice Information Authority. Uno de los obstáculos para salir una relación abusiva es la dificultad para reportar al atacante, ya sea por la cercanía con la víctima como por miedo, desconocimiento o simplemente el puro trauma.
A partir del 1 de enero entra en vigor una ley que demanda a los profesionales de la belleza capacitarse para reconocer signos de abuso y proveer de asistencia a las víctimas. Es este un requerimiento para que puedan renovar sus respectivas licencias, proceso que debe hacerse cada dos años, e incluye 14 horas de entrenamiento en la profesión y ahora un curso adicional de una hora sobre violencia de género. Existen experiencias piloto previas en Nueva York, Alabama y otras partes del país pero es esta la primera ley en su tipo en Estados Unidos.
Más allá de aprender sobre nuevos cortes y técnicas, o las últimas tendencias en la ciencia de los colores, los estilistas aprenderán también a estar atentos a moretones y a poder manejar una conversación con las posibles víctimas. Las clases ayudarán a identificar comportamientos que deberían generar alertas pues la violencia doméstica puede ser psicológica, mucho más sutil que un ojo morado.
El objetivo es proveer a los 88 mil profesionales que ejercen en el estado de herramientas de contención e identificación de signos y de información sobre organismos o líneas de ayuda que ofrecen asesoramiento legal, órdenes de restricción y otras acciones. Los profesionales de la belleza no están obligados a reportar los incidentes a la policía y más bien servir de escucha y apoyo a las víctimas.
La organización sin fines de lucro Chicago Says No More promovió la iniciativa a nivel federal y su fundadora Kristie Paskvan explicó al Chicago Tribune que este es un importantísimo paso hacia la concientización y acción contra la violencia doméstica que afecta a una grandísima porción de la población femenina estadounidense.
Explica la web feminista The Mary Sue: “Algunos dueños de peluquería se han opuesto a la decisión, preocupados de que ponga sobre los hombros de su personal una carga adicional a la que, de por sí, sienten por su labor emocional cotidiana. Otros, en cambio, argumentan que los estilistas ya cargan con los secretos de las clientes, y esta forma de entrenamiento sencillamente les otorga herramientas para responder del mejor modo posible”.
Para Analie Papageorge dueña del Steven Papageorge Salon, “genera una presión enorme en personas que no eligieron su carrera para combatir el crimen”. Christine Walker, del Belle du Jour Salon, en cambio, se planta en la vereda opuesta: “Siempre decimos que no somos solamente peluqueras. A veces somos psicólogas, a veces doctoras; vestimos toda clase de sombreros” en conversación con el Chicago Tribune.

















