RICHMOND, Virginia.- Falta menos de un mes para que se decida quién será el nuevo gobernador de Virginia, una carrera que en su recta final podría tener un giro debido a la filtración de mensajes de texto que se hizo del candidato demócrata a fiscal del estado, Jay Jones.
La filtración de mensajes que amenaza la candidatura de Jay Jones para ser fiscal de Virginia
La conversación dada a conocer data de 2022, cuando Jones no ocupaba ningún cargo público, sin embargo ha sido usada para arremeter contra los demócratas.


Debido a ello, el presidente Donald Trump y líderes republicanos en Virginia han intensificado sus llamados para que Jay Jones, candidato demócrata a fiscal general del estado, se retire de la contienda tras la publicación de mensajes de texto violentos enviados en 2022.
En una publicación reciente en redes sociales, Trump calificó a Jones como un " lunático de izquierda radical" y criticó a la exrepresentante Abigail Spanberger, actual candidata demócrata a gobernadora de Virginia, por no exigir la renuncia de Jones.
“Abigail Spanberger, quien se postula para gobernadora, es débil e ineficaz y se niega a reconocer lo que este lunático ha hecho”, escribió Trump.
El origen del escándalo
El viernes pasado, la revista National Review publicó un intercambio de mensajes privados enviado por Jones en 2022, donde escribió:
“Tres personas, dos balas... Gilbert, Hitler y Pol Pot... Gilbert recibe dos balas en la cabeza”.
El mensaje hacía referencia a Todd Gilbert, entonces presidente de la Cámara de Representantes de Virginia. En el momento del envío, Jones no ocupaba ningún cargo público; había renunciado a su escaño legislativo en 2021 y actualmente busca convertirse en fiscal general.
Jones se ha disculpado públicamente en múltiples ocasiones desde la publicación de los textos. No obstante, el daño político ya es significativo.
Los republicanos aprovechan el momento
El vicegobernador republicano Winsome Earle-Sears, candidata a gobernadora, lanzó el lunes un anuncio de campaña en el que acusa a Spanberger de seguir respaldando a Jones, a pesar de la controversia.
“Jay Jones soñaba con asesinar a dos niños pequeños y a su padre por motivos políticos, y Abigail Spanberger quiere que sea fiscal general”, escribió Earle-Sears en redes sociales.
En un comunicado emitido el viernes, Spanberger condenó los comentarios de Jones, afirmando que ya le expresó su “profundo disgusto” en privado y le pidió asumir responsabilidad. Sin embargo, no ha solicitado su retiro oficial de la carrera.
El impacto electoral
Expertos en política consideran que el escándalo podría tener repercusiones más allá de la campaña de Jones.
“El daño para los demócratas no se limitará sólo a la campaña para fiscal general”, afirmó Mark J. Rozell, decano de la Escuela de Política y Gobierno Schar de la Universidad George Mason.
“Ahora los republicanos tienen una narrativa unificadora justo antes de las elecciones”.
La campaña de Spanberger, que hasta ahora ha mantenido una posición dominante en encuestas, podría verse afectada si la controversia gana más atención mediática en los próximos días. Un debate entre Spanberger y Earle-Sears está programado para este jueves.
Trump intensifica sus ataques
Durante un evento el fin de semana en Virginia, Trump evitó mencionar a Earle-Sears, a pesar de que apoya a otros candidatos republicanos en el estado. En cambio, dirigió su atención a Spanberger y a lo que calificó como “la amenaza de los extremistas demócratas”.
En un reciente discurso, el presidente propuso usar las ciudades estadounidenses como campos de entrenamiento militar para combatir lo que llamó una “invasión interna”.
“Tenemos que ocuparnos de este pequeño mosquito que está sobre nuestros hombros llamado demócratas”, dijo Trump a militares durante el acto.
Otras reacciones
Durante una entrevista el lunes, Jason Miyares, actual fiscal general republicano de Virginia y oponente directo de Jones, dijo que la falta de condena pública por parte de Spanberger representa una “falta de juicio”.
“Ella todavía está dispuesta a hacer campaña con él”, dijo Miyares. “Está perfectamente feliz de que él sea el principal fiscal del estado”.
Mientras tanto, figuras conservadoras, como el comentarista Benny Johnson, han sugerido que el escándalo refleja una supuesta tolerancia del Partido Demócrata a la retórica violenta.
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