De los primeros afectados fue el condado de Lake, donde varios lugares terminaron con caminos anegados. En el noroeste de Illinois emitieron avisos de tormentas severas, con vientos de hasta 60 millas por hora. Luego la actividad fue bajando hacia DuPage y el condado de Cook, dejando cortinas de lluvia y poca visibilidad en varios sectores. En Chicago, el sistema frontal llegó más debilitado y ocasionó lluvia moderada y un notorio descenso en la temperatura.