Líderes religiosos y otros activistas firmaron una carta de respaldo a los empleados solicitando a los dueños de la planta que les regrese sus trabajos, pues estos están sin empleo por una supuesta anomalía. “Todos los trabajadores de All Steel Iron Works negociaron un contrato” y se les dijo que cerrarían el lugar, pero “fue una mentira”, asegura la reverenda C.J. Howking.