Las autoridades indican que han detectado un aumento en la creación de estas armas, a las cuales se les instala un dispositivo de plástico para acelerar las ráfagas de disparos. Las piezas también están hechas de metal y pueden crearse con una impresora 3D. "El programa de Alto al Crimen que cruza todo el estado ofrecerá una recompensa de $5,000 por información de estos convertidores ilegales", señala Leigha Simonton, jueza del norte de Texas.