Los contratistas y paisajistas ilegítimos, conocidos como “cazadores de tormentas”, a menudo viajan a pueblos recientemente afectados por condiciones climáticas adversas y van de puerta en puerta ofreciendo sus servicios. Algunos ofrecerán una inspección gratuita para todo un vecindario. Después de recibir el pago, los cazadores de tormentas se van sin terminar, o en ocasiones sin comenzar, el proyecto.