Un refugio para víctimas de violencia doméstica

Muchas víctimas de violencia doméstica no saben cómo salir del ciclo, pero hay un albergue en el Valle que les da un hogar y ayuda.

Video Rosa reinicia su vida tras ser víctima de abuso

“Me tenía como amenazada. Que si hablaba, ya no me iban a ayudar”, cuenta “Rosa” quien pidió que le cambiaran el nombre.

Esto es lo que la mayoría de las víctimas de violencia domestica son forzadas a pensar por su agresor y lo que hace que muchas de ellas no busquen un camino para salir de esa relación abusiva.

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“Me golpeó contra la puerta. Me dijo que me largara que no tenía nada que hacer ahí”, agrega ella.

Esta mujer hispana despertó de esa pesadilla hace unas semanas cuando por segunda vez fue golpeada por su esposo.

“Me salí, busque ayuda y vine aquí a este lugar. Gracias a Dios ellos me ayudaron mucho”, cuenta Rosa.

El Albergue De Colores de Chicanos por la Causa fue el que le dio un hogar.

“Primeramente le damos un espacio donde se sienten bien, donde están seguras. Es lo más importante y luego le damos recursos en la comunidad, consejería, asesoría legal”, dice Gerardo Peña del Albergue De Colores.

El ciclo de la violencia doméstica no solo afecta a las mujeres sino también a los hombres. Según datos recientes, uno de cada siete hombres han sido víctimas de abuso.

“Los señores también pueden ser abusados. Eso es algo que vemos que está pasando y aquí en Chicanos por la Causa, también pueden estar aquí”, agrega Peña.

El Centro de Abogacía Familiar también tiene recursos disponibles para quienes llegan al albergue.

“Trabajamos mucho con las víctimas y muchas víctimas no le quieren decir a los policías que esto es lo que está pasando porque tienen miedo y nosotros estamos aquí para apoyarlos y decirles que no hay que tener miedo”, dice Debbie Valenzuela del Centro de Abogacía Familiar.

Si usted está sufriendo violencia doméstica y vive en el Condado Maricopa puede llamar a la línea de ayuda que está disponible las 24 horas del día al 480- 890-3039.

“Me están ayudando a recuperarme a mí misma a creer que si existe la ayuda”, concluye Rosa.