El presidente Donald Trump, el vicepresidente JD Vance, funcionarios y más de 60,000 personas
llegaron hasta Glendale para homenajear a Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre en Utah; incluso, algunos viajaron desde otros estados para darle el último adiós. Ante la cantidad de asistentes, la ciudad se cubrió de seguridad, tanto de agencias locales como estatales y federales.