PHOENIX, Arizona. - La crisis por el consumo de opioides y los decomisos de pastillas adulteradas con fentanilo y metanfetaminas se han disparado en Arizona en el último año.
“Mi hija pasará 23 años en la cárcel. Mató a un hombre": madre de joven adicta al fentanilo
Una madre hispana cuenta cómo la adicción al fentanilo y la heroína llevó a su hija a terminar en la cárcel y a destruir su familia. El consumo de drogas y el decomiso de pastillas adulteradas se han disparado en Arizona en el último año, según la oficina local de la DEA.

“Del 30 de septiembre de 2020 al 1 de octubre de 2021, hemos decomisado más de 6 millones de pastillas en Arizona. De 500 pastillas que se decomisó años atrás a este volumen actual de drogas. Es muchísimo”, advierte Apolonio Jr. Ruiz, agente especial de la Administración de Control de Drogas (DEA) encargado de la oficina en Tucson.
Las sobredosis han cobrado la vida de más de 93 mil estadounidenses en el último año, pero además continúa destruyendo familias.
“No es más decir que hubo un decomiso, también hay un dolor enorme, para un hijo y para una familia completa”, cuenta Silvia Arana, una madre hispana de Phoenix que ha vivido en carne propia los estragos del consumo de drogas en su hija.
Su hija comenzó a consumir drogas a los 17 años.
“Ella comenzó con las pastillas, después de las pastillas vino el fentanilo y la heroína”.
La mayoría de las personas que abusaron de un medicamento recetado lo obtuvieron de un familiar o amigo, según un informe publicado por la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias. Ese fue el caso de la hija de Arana.
“Apenas me confesó cómo comenzó todo. Fue su novio. Su novio empezó a darle drogas. Ella se mudó con él cuando tenía casi 18 años. Éramos muy cercanas y me di cuenta que algo estaba mal cuando ella dejó de hablarme, de comunicarse conmigo”, dice Arana.
Aunque su corazón de madre le decía que algo estaba mal, ella trató de respetar la autonomía de su hija. Lo que nunca se imaginó es que un día su hija terminaría tras las rejas.
“Mi hija pasará 23 años en la cárcel. Mató a un hombre y dejó a varios heridos al huir de la policía después de un robo. Fue un accidente en el que ella estaba bajo la influencia de fentanilo y heroína”.
Ella cuenta lo duro que ha sido ver a su hija tocar fondo. Su hija consumió drogas incluso estando embarazada. Ahora el niño tiene 4 años y Arana lo adoptó.
“Mi nieto es un milagro. Durante los nueve meses, mi hija consumió drogas y ese niño es un guerrero. Está sano. Es el motor de mi vida, el que me da la fuerza para continuar. Independientemente de lo que hizo, ella sigue siendo mi hija y la amo, pero las consecuencias de sus acciones me están afectado a mí y a esa criatura”.
Para ayudar a otras familias que sufren por la adición de un ser querido y para concientizar a los jóvenes sobre el peligro de las drogas, esta madre hispana hace presentaciones públicas y escribió el libro “Muerte en vida”.
“A raíz de lo que viví, me puse a escribir lo que realmente vivimos y sufrimos las familias del adicto. Por medio de este libro, espero ayudar a otra madre, que no tenga miedo, que no tenga vergüenza, que no importa lo que la gente diga”, dice Arana. "Tendemos a callarnos por la vergüenza, o porque pensamos que nadie nos va a ayudar. La ayuda no nos va a llegar de nadie, tenemos que buscar la ayuda”.
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