TUCSON, Arizona. - En Imperial Beach, California, Naco y Nogales en Arizona y en comunidades a lo largo del río Grande en Texas los residentes tienen un desafío en común: La lluvia ocasiona problemas. Y muchas veces, después de que llueve, apesta.
La otra crisis de la frontera, las aguas residuales que dejan mal olor en las ciudades fronterizas
Cuando llueve, los sistemas de tubería para aguas residuales en México se saturan con agua pluvial. Las tuberías pueden fracturarse y derramar aguas negras de ambos lados de la frontera, que ocasionan un olor pútrido y riesgos para el medio ambiente y la salud pública.

La causa de esto es una red anticuada de tuberías y plantas de tratamiento de aguas residuales que conectan a comunidades de México con Estados Unidos.
Cuando llueve, los sistemas de tubería para aguas residuales en México se saturan con agua pluvial. Las tuberías pueden fracturarse y derramar aguas negras de ambos lados de la frontera. Esto no solo ocasiona un olor pútrido sino también riesgos para el medio ambiente y la salud pública.
Hace aproximadamente 70 años, cuando la infraestructura fue construida, era suficiente, pero con el paso del tiempo y el crecimiento acelerado de la población mexicana se genera más volumen de aguas residuales, y la infraestructura no ha seguido el ritmo de ese crecimiento.
Las autoridades de ambos lados de la frontera dicen que necesitan millones de dólares para mejorar sus sistemas, pero ahí está el punto principal: ¿Quién es responsable de hacer esas reparaciones?
Un equipo de periodistas de Cronkite News y Cronkite Noticias trabajo en un proyecto enfocado en responder esa pregunta, y así entender las complejidades del proceso de tratamiento de aguas residuales en la frontera. A continuación las historias de las comunidades más afectadas por un sistema originalmente construido en la década de los 40.
Los Problemas
Debido a que las ciudades en México tienen una mayor población e índice de crecimiento que sus contrapartes en Estados Unidos, simplemente generan más aguas residuales de ese lado de la frontera.
Ciudades fronterizas mexicanas crecen más rápido que las estadounidenses
La población del lado mexicano de la frontera es mucho mayor que del lado estadounidense y ha incrementado en un 17% en los últimos cinco años, mientras tanto la población estadounidense solo ha crecido en un 6.8% en los últimos siete años.
Agua fluye hacia ciudades al norte donde la elevación es menor
La mayoría de las ciudades mexicanas en la frontera se encuentran en una mayor elevación que las ciudades estadounidenses, por eso las corrientes de agua fluyen naturalmente de México a Estados Unidos.
Financiamiento
Financiamiento CILA informó que “la falta de recursos financieros suficientes” es un problema principal para la infraestructura en comunidades fronterizas.
Hasta el 31 de diciembre de 2018, más de un 30% de los $3.1 mil millones de dólares que el Banco de Desarrollo de América del Norte ha utilizado en contratos desde su establecimiento apoyan proyectos enfocados en el agua y las aguas residuales. Ese es el mayor porcentaje de todas las 11 categorías de infraestructura en las cuales el banco se enfoca.
Aunque los proyectos relacionados con el agua y las aguas residuales están dentro de la categoría que recibe más financiamiento del banco, lo que financian no da para mucho. Reparar una tubería puede costar más de $5 millones, mientras que construir una nueva planta de tratamiento de agua puede llegar a los $20 millones.
El banco trabaja con municipios locales, la Comisión Internacional de Límites y Agua (IBWC por sus siglas en inglés), CILA, y otras agencias de ambos lados de la frontera para compartir los costos de estos proyectos costosos, pero necesarios.
Renata Manning, la directora de financiamiento de subvenciones para el Banco de Desarrollo de América del Norte, dijo que es difícil para su organización proveer fondos para proyectos de prevención, debido a una escasez general de recursos. El dinero limitado que el banco tiene muchas veces tiene que ir a sitios donde las condiciones son críticas.
“Usualmente es cuando hay un problema. Entonces no podemos necesariamente destinar el dinero de subvenciones que tenemos disponible de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) y designado por el Congreso a esos proyectos que son vulnerables o están en riesgo”, dijo Manning.
Uno de los desafíos que el banco enfrenta, dijo Manning, es que los problemas en los que se enfoca necesitan reparaciones rápidas que requieren dinero rápido, algo que el banco muchas veces no tiene. El banco prefiere hacer inversiones sostenibles, lo que requiere planeamiento, diseño y construcción de calidad. Ese proceso toma tiempo.
La historia de la frontera
La frontera entre Estados Unidos y México ha cambiado dramáticamente en los últimos 80 años. Pero hay una cosa sigue igual: Desde la década de los 40, el tratamiento de aguas residuales, que naturalmente fluyen de México a Estados Unidos, ha sido un problema transnacional. Fue en los cuarenta cuando ambos países firmaron el primer tratado internacional que prioriza el saneamiento del agua.
Pero desde entonces, debido al crecimiento rápido de poblaciones y el envejecimiento de la infraestructura, el problema binacional con las aguas residuales se ha intensificado, y los gobiernos locales en Estados Unidos no están satisfechos con la respuesta del gobierno federal estadounidense.
Reparar un sistema de tratamiento de aguas residuales anticuado requiere millones de dólares. Ahí es cuando entra el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN). El banco binacional provee financiamiento y ayuda técnica para proyectos de infraestructura a no más de 62 millas al norte y 186 millas al sur de la frontera.
La misión del banco es proveer fondos y ayuda técnica para “apoyar el desarrollo e implementación de proyectos de infraestructura que ayudan a preservar, proteger, y mejorar el medio ambiente de la región fronteriza para avanzar el bienestar de la gente de Estados Unidos y México”. También trabaja de cerca con agencias federales, estatales y locales de ambos lados de la frontera para alcanzar ese reto.
El banco se enfoca en proyectos sobre agua, aguas residuales, y residuos sólidos, según Jesse Hereford, un vocero del banco.
Mediante la Ley de Agua Limpia el gobierno federal tiene que tomar medidas para asegurar que otros países actúen para prevenir, reducir y eliminar la contaminación de aguas domésticas e internacionales.
Según el sitio web de la Agencia de Protección Ambiental, la ley “establece la estructura básica para regular fugas de contaminantes en aguas estadounidenses y regular los estándares de calidad para las aguas superficiales”.
Algunos oficiales de ciudades fronterizas estadounidenses piensan que la comisión está violando esta ley, porque aguas residuales de México siguen vertiéndose a sus ciudades.
Las Nogales
Las comunidades de ambos Nogales se llaman así por una razón, están entrelazadas, en más de un sentido.
“A mi me gusta decir que nuestra ciudad es una ciudad de un medio millón de personas divididas por un muro, por una barda”, dijo Arturo Garino, al alcalde de Nogales, Arizona.
Comparten familias, economías, sueños, y una planta de tratamiento de aguas residuales y tubería binacional.
La tubería, conocida como el Colector Principal Internacional, o el International Outfall Interceptor en inglés, traslada aguas residuales de ambos países a la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales en Rio Rico, dirigida por IBWC.
Pero cuando llueve, o algún equipo se rompe, puede ocurrir que la tubería no pueda aguantar ese volumen de agua. El resultado es el derrame de aguas residuales al arroyo Internacional de Nogales, que eventualmente desemboca en el río Santa Cruz, una fuente importante de agua para la región y comunidades como Tubac y Carmen.
Nogales, México, construyó la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Los Alisos en 2012 con la ayuda del Banco de Desarrollo de América del Norte y CILA para aliviar la presión de la planta internacional en Rio Rico. Debido a la elevación de Nogales, México, la planta mexicana necesita un equipo de cinco bombas que bombean agua de la ciudad cuesta arriba a la planta. Cuatro de esas cinco bombas han estado fallando desde enero.
El mal funcionamiento de esas bombas resultó en volúmenes mayores de aguas residuales fluyendo hacia el arroyo Internacional de Nogales, según el Departamento de Calidad Ambiental de Arizona. Al cierre de esta edición, de acuerdo a Lori Kuczmanski de la IBWC, a la hora pico, casi 180 galones de aguas negras fluyen por minuto hacia el arroyo.
“Estamos buscando los mecanismos y programas para poder conseguir los recursos para poner en funcionamiento el resto de las bombas para completar las cinco bombas, que estén en condiciones de operación las cuales van a permitir mandar los flujos que se requieren para que la planta de tratamiento Los Alisos trabaje a su máxima capacidad y así reducir los flujos excedentes que son transportados hacia Estados Unidos”, explicó Martín A. Navarro, un ingeniero y director técnico del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Nogales, o OOMAPAS, en un video publicado por esa agencia en febrero.
El alcalde de Nogales, Sonora Jesús Pujol Irastorza, dijo que el gobierno municipal, con la ayuda de IBWC, compró un motor para arreglar una de las bombas, pero no sabe si es una solución permanente.
El problema en Naco, Arizona
En septiembre de 2018, autoridades del Condado Cochise declararon un estado de emergencia en Naco, Arizona, una comunidad fronteriza pequeña al sur de Bisbee. Una tubería de aguas residuales averiada derramó por minuto entre 200 y 300 galones de aguas residuales a la comunidad.
En este enlace puede ver el reportaje completo publicado en español por periodistas de Cronkite News.
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