NOGALES, Arizona. - Decenas de inmigrantes, la mayoría provenientes de Guatemala, permanecen en el puerto de entrada DeConcinni en Nogales, Sonora, a la espera de cruzar a territorio estadounidense y pedir asilo. En una pared hay dos papeles, es la llamada “lista”, allí se van anotando a medida que llegan.
La eterna espera de decenas de familias centroamericanas que quieren pedir asilo en Nogales
Son decenas de ellas, pero las autoridades migratorias estadounidenses solo están procesando las solicitudes de unas tres familias por día, en parte porque el puesto fronterizo está trabajando por encima de su capacidad.

“Nos anotamos y como no nos quieren aquí entonces nos vamos a un albergue cuando ya van pasando y llega nuestro nombre nos llaman”, contó un inmigrante guatemalteco que prefirió no ser identificado. Sentado en el piso, con el rostro cansado y acompañado por su hija adolescente, dijo que salió de su país porque los amenazaron y temió que les hicieran algo.
Ese es el panorama a las afueras de la garita DeConcinni desde mediados de abril, cuando comenzaron a llegar decenas de personas para cruzar a Estados Unidos. Ellos esperan sentados en el piso, acostados en cobijas y colchonetas que les han dejado activistas que cruzaron la frontera desde Arizona para ofrecer ayuda y miembros de la comunidad en Nogales, Sonora, que se acercan a dejarles comida y agua.
Tres albergues en Nogales, Sonora, están recibiendo estas familias para que pasen la noche mientras son atendidos por un oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), una espera que puede tomar días y hasta semanas.
De acuerdo con activistas, las autoridades fronterizas aceptan a tres familias por día, mientras alrededor de 48 de ellas, un promedio de 100 personas, permanecen en en el Nogales mexicano en condiciones 'difíciles'.
“Estamos viviendo tres realidades muy fuertes en este momento, una reciente y otras dos constantes”, dijo a Univision Noticias Joanna Williams, directora de Educación y Defensa de la Iniciativa Fronteriza Kino.
La primera, según Williams es que en el comedor de los deportados, donde reciben a quienes vuelven de EEUU, están recibiendo personas en “niveles que nunca habíamos visto, gente que llevaba muchos años viviendo allá, con raíces y familia”.
La segunda, explica la activista, es que algunos de estos deportados consideran regresar pronto a EEUU, lo que implica cruzar el desierto bajo temperaturas superiores a 100 grados Farenheit y poner en riesgo sus vidas.
La tercera realidad que mencionó es la ola de centroamericanos que empezó a llegar desde abril.
“No los están recibiendo como van llegando, sigue aumentando la fila de espera porque los funcionarios no están cumpliendo con su deber, dicen que no tienen capacidad para recibirlos”, afirmó Williams.
Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Arizona envió un comunicado a Univision Noticias donde aclara que si una persona llega a un puerto de entrada sin documentación legal y expresa temor de regresar a su país los funcionarios los procesan para una entrevista con un oficial de asilo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
Agregó que cuando los oficiales en sus puertos de entrada están trabajando a su capacidad máxima para gestionar todas sus misiones (antinarcóticos, seguridad nacional, facilitación del comercio legal) y se enfrentan al tiempo y el espacio para procesar a las personas que llegan sin documentos, “de vez en cuando deben administrar las filas y abordar ese procesamiento en función de la capacidad”.
El comunicado explica que el número de individuos inadmisibles que CBP puede procesar varía según la complejidad del caso, recursos disponibles, necesidades médicas, requisitos de traducción, espacio de detención, volumen del puerto general y acciones policíacas que estén en curso.
“A nadie se le está negando la oportunidad de presentar un reclamo de temor creíble o solicitar asilo. Los oficiales de CBP permiten que más personas ingresen a nuestras instalaciones para su procesamiento una vez que haya espacio disponible o que otros factores permitan la llegada”, indica el comunicado.
Además, dice que las instalaciones del puerto de entrada no están diseñadas para albergar a cientos de personas a la vez que buscan solicitar asilo y que deben mantener el flujo de comercio y viajeros que se presentan con sus documentos legales.
“Equilibrar estas demandas, mantener a los bienes y personas ilícitas fuera del país y manejar la afluencia de los centroamericanos que buscan asilo (junto con todo lo demás que hacemos) requiere un equilibrio cuidadoso de nuestros recursos y espacio”, puntualizó.
Por su parte, funcionarios consulares centroamericanos basados en Arizona, afirmaron que las familias que están ingresando por la garita de Nogales no son separadas.
Sin embargo, Univision Noticias conoció el caso de una familia guatemalteca que llegó con la caravana migrante centroamericana en abril pasado vive el trauma de la separación en carne propia.
Tras solicitar asilo en la garita de San Ysidro, California, la mujer fue separada de sus cuatro hijos, incluyendo uno de apenas 2 años. Los tres pequeños están en Nueva York, el mayor en San Diego, ella está detenida en Texas y el padre en Tijuana.
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