TUCSON, Arizona. - Dos migrantes nicaragüenses cruzaron la frontera de Yuma asustados, dijeron que fueron víctima de secuestro en el autobús en el que viajaban de Moterrey a Mexicali.
“Nos pusieron una metralleta en las costillas”: migrantes denuncian haber sido secuestrados en México
Dos migrantes nicaragüenses se entregaron asustados a la Patrulla Fronteriza tan pronto cruzaron a territorio estadounidense, dijeron que secuestraron a los pasajeros del autobús en el que viajaban de Monterrey a Mexicali.

Afirman que fueron encañonados por los secuestradores momentos antes de cruzar el río Colorado.
“Secuestraron como 13 compañeros que venían, extranjeros, en el autobús que venía de Monterrey a Mexicali”, aseguró Héctor Aguirre, uno de los nicaragüenses que denunció el hecho.
Héctor y su amigo lograron escapar y cruzaron el río, corriendo espantados porque los secuestradores cargaban armas de grueso calibre.
“Nos pusieron una metralleta en las costillas y me dijeron bájalos tú….a todos los que son extranjeros les iba quitando los documentos”, contó el migrante.
A 14 inmigrantes se los llevan en una camioneta con rumbo desconocido
A los 14 inmigrantes los subieron a la fuerza a una camioneta negra con rumbo desconocido, según su relato. Él y su amigo luego de cruzar la frontera y contar su historia se entregaron a la Patrulla Fronteriza.
Mientras tanto, el cruce de inmigrantes por Yuma, el epicentro del cruce de indocumentados por Arizona, incrementa cada noche, cientos de personas cruzan solo para entregarse a la autoridades migratorias. De acuerdo con las autoridades migratorias casa semana procesan entre 4,000 y 5,000 personas en este sector, inmigrantes de 45 nacionalidades.
Durante el día el panorama es diferente, mexicanos cruzan para buscar dentro de las mochilas que dejan abandonadas los migrantes.
“Ropa , zapatos, dinero también 500 pesos mexicanos”, dijo Diego, uno de los mexicanos que buscan entre los objetos que dejan los migrantes.
Las autoridades fronterizas en Estados Unidos les permiten cruzar a buscar lo que otros dejaron en el camino.
Salen con todo lo que pueden, dejan limpio ese lado de la frontera y cada día la historia se repite en Yuma, Arizona.




