En 2017 la cantante de 28 años fue sometida a una delicada cirugía que la ayudó a mejorar su calidad de vida, pues el lupus que padece había afectado sus riñones. Tres años después, Selena Gómez dejó ver por primera vez la cicatriz que le dejó la intervención quirúrgica y se dijo "orgullosa", por lo cual no la ocultará más.