Esa área la mostró Jhon Kellerman, quien viajó desde Costa Rica hasta Comala, México, para abrazar a su hermana Brenda y a su cuñado Ferdinando Valencia, en estos momentos de tanto dolor. El tío no pudo conocer a Dante, pero sí dedicó una oración de bendición al pequeño guerrero, frente a la urna que contiene sus cenizas.