Temprano, este domingo, la reina isabel II fue vista muy sonriente en Sandringham. Su imagen contrastó con la de su pelirrojo nieto en Londres, a poco más de 100 millas de distancia. Con un rostro sombrío, el menor de los hijos de la fallecida Lady Diana y el príncipe Carlos de Gales aprovechó para explicar qué significa el paso que junto a su esposa decidió dar.