Si uno decide dar un paseo y tiene la suerte de no depender de nada más que de su propia voluntad para elegir el destino a dónde ir, de seguro que visitar Berna estaría entre las primeras decisiones.
Visitar Berna: la capital suiza y su gente


La capital de la Confederación Helvética -más conocida como Suiza- ofrece un pintoresco panorama que la logró inscribir en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1983, debido a su arquitectura medieval prácticamente intacta, conservada a través de los siglos.
Las calles de Berna y el río Aar
Berna, como muchas otras ciudades europeas, tiene otro distintivo: entre sus calles se cruza el río Aar, con lo cual toda la infraestructura de la ciudad se ve condicionada debido a su presencia.
En un principio, los límites de la capital suiza se circunscribían entre un meandro del Aar y los muros de la ciudad. Esto mismo tuvo lugar hasta el año 1834, y luego con la apertura de los muros y la construcción de diversos puentes que atraviesan el río la ciudad-capital se extendió en todas direcciones, dejando todavía un rastro hoy día de sus primeros límites.

En lo referente a lo pura y exclusivamente arquitectónico, si se visita Berna no hay que dejar de ver la Catedral Münster, la Torre del reloj, el Palacio Federal, los Castillos de Bümpliz y el estadio de fútbol Stade de Suisse que en 1954 albergó al mundial de fútbol y que en 2008 hizo lo propio con la Eurocopa.
Como todas las ciudades y poblados suizos, Berna conserva un encanto típico difícil de igualar, mixtura entre aldea paradisíaca y ciudad que no le escapa a los mandamientos capitalistas. Este centro urbano posee más de 350.000 habitantes, la mayoría de habla alemana.

Berna entonces, no está exenta a las incongruencias típicas en las que está inmersa Suiza poseyendo una mayoría de pobladores de habla alemana, pero también se encuentran con facilidad lugareños de habla italiana, francesa y hasta romanche (este último sólo en un porcentaje cercano al 1%)
No es de extrañar entonces que sea común escuchar cuando uno camina sus calles desde la lengua áspera y dura del alemán hasta los suaves y a veces guturales sonidos franceses, pasando por un rústico italiano y sin descartar al inglés que, de más está decir, por ser una ciudad-capital incluso del cantón Berna, acoge a gran cantidad de turistas que muchas veces deciden resolver la dificultad del idioma, hablando en un inglés tan neutro y puro como la nieve que cubre en invierno las intrincadas y medievales calles bernesas.

La personalidad de los suizos
Antes de visitar este bello país y en particular su casi sacrosanta ciudad es acertado informarse un poco sobre lo que uno puede llegar a encontrar en ella. Hay que tener en cuenta que el suizo y más el suizo alemán no se caracteriza por su simpatía y por su hospitalidad para con los turistas.
Si están pensando entonces que ya es tiempo de tocar el suelo que según la leyenda fundó el duque Bertoldo V de Zähringen, es recomendable que antes de llegar lean el famoso libro de George Mikes escrito a mediados de la década del 60 titulado Suiza: invento para turistas, en donde con satíricas descripciones -típicas de Mikes- se logra retratar con exactitud a los suizos y entre ellos y en especial, a los suizos alemanes.
¿Te gustaría visitar Suiza? Quédate con nosotros para ver otras ciudades claves en Suiza.







