Puede que en alguna ocasión te hayas planteado unas vacaciones diferentes, ofreciendo tu tiempo libre para un proyecto de desarrollo social e incluso con el interés de viajar sin caer en el turismo de masas. A menudo este tipo de viajes llevan el apellido de solidarios o alternativos e inician en el voluntariado y en la acción de la cooperación internacional.
Vacaciones solidarias: la experiencia de ser cooperante

En este post de NuestroRumbo te aclaramos algunos aspectos de esta posibilidad y las diferentes opciones que puedes tener a tu alcance para vivir unas hermosas vacaciones solidarias.
Quiero ser cooperante
Habitualmente, se entiende por cooperante a una persona que realiza una labor específica en países en desarrollo, en la lucha contra la desigualdad y la pobreza. Sus perfiles son muy distintos, al igual que sus escenarios de trabajo. Ser cooperante es algo más que pasar unos días entre personas de escasos recursos o en el ambiente hostil de un campamento humanitario, pero cada vez más existen opciones para probar la experiencia y son muchos los que, en sus vacaciones, deciden llevar a cabo este tipo de experiencias.
A propósito de ello cabe comentar que la imagen idílica del cooperante internacional siempre con la mochila al hombro, acumulando aventuras y viviendo la acción en las situaciones de emergencia, contrasta con la realidad del día a día. Las personas que realizan esta labor tienen una gran diversidad de funciones, relacionadas con las necesidades locales, pero también con su formación profesional o sus aptitudes. Y no sólo trabajan en realidades aisladas y exóticas, sino también en centros urbanos y capitales.
Pero bien, si estás decidido a intentarlo, además de solicitar información sobre los programas de voluntariado internacional y viajes solidarios a organismos oficiales y entidades no gubernamentales, tenemos algunas recomendaciones que hacerte.
Requisitos para realizar un viaje solidario
Realmente en este tipo de iniciativas prima la voluntariedad, la vocación de ser y conocer más allá de la realidad en que vivimos, pero otro tipo de conocimientos y habilidades determinarán las oportunidades para participar en algunos programas.
De igual modo, es importante formarse e informarse sobre las realidades que deseamos conocer y visitar. Debemos familiarizarnos con cuestiones de índole sanitario, migratorio, logístico, pero también con respecto a las condiciones sociopolíticas, económicas y culturales del lugar.
Recomendaciones fundamentales ante esta decisión son: analizar las propias capacidades y los límites, para no provocar situaciones incómodas y que perjudiquen en el destino a la organización que nos promueve; conocer de antemano detalles de las entidades organizadoras; cumplir con los trámites legales de ingreso en un país extranjero y con los permisos sanitarios (vacunaciones, profilaxis del paludismo, etc.); relacionarse con organizaciones que trabajan en el sector en nuestra ciudad con las que sintamos cierta afinidad.
Además de los consejos anteriores las vacaciones solidarias requieren de algunos compromisos actitudinales. La sensibilidad, capacidad crítica y fortaleza personal para vivir en condiciones de carencia material son imprescindibles para afrontar con éxito esta primera experiencia de ser cooperante, que marcará, sin duda, un antes y un después en nuestra forma de percibir el mundo.
¿Has participado alguna vez de una experiencia así? ¿Te interesaría ser cooperante y vivir unas vacaciones solidarias?







