Uno de nuestros redactores nos cuenta sus experiencias en la India

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Por primera vez me dirijo en primera persona a todas ustedes. ¿El motivo? Mi viaje a la India, país al que espero volver este 2015 y que descubrí, por primera vez, hace tres años. A través de los siguientes ítems descubrirán, no sólo algunas experiencias de mi recorrido desde New Delhi hasta Kerala, sino que también podrán hacer suyos estos consejos a la hora de viajar a la India, lugar carismático donde los haya, colmado de contrastes, aromas diferentes y una cultura que se despliega en miles de mosaicos y colores. 

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Tuc tuc de medianoche

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Aunque la primera experiencia sea negativa, esta no empaña el resto del viaje pero sí pone de manifiesto algunas precauciones a tener en cuenta durante el  primer día en la India. En mi caso, llegué a New Delhi a medianoche, una ciudad donde la polución es altísima y ciertos choferes demasiado avispados. Me cambiaron el ticket de taxi (o furgoneta), me metieron en una agencia de viajes de los suburbios y pidieron 500 dólares hasta que, tras varias negociaciones, un ayudante me llevó a Agra en un viaje de tres horas y por un precio de 180 euros. Al llegar al destino encontré un hostel en el que dormí más horas que en toda mi vida.

Entrada al Taj Mahal

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Al llegar de forma impuesta a Agra antes de tiempo, fui a visitar el Taj Mahal al amanecer, uno de los mejores momentos para vislumbrar este mausoleo erigido por  un emperador en honor a su amada. No obstante, es importante saber que las zonas que rodean al recinto son de las más pobres de la ciudad y que, sobre todo, hay que hacer caso omiso a los supuestos guías turísticos que merodean por el exterior o los carteles que indican "taquillas". Al entrar en el hall del Taj las colas se dividen en hombres y mujeres, te ofrecen zapatos sintéticos y servicio de taquillas para guardar tus pertenencias. Al entrar sólo queda tomar la mejor foto de este impresionante icono de la India.

Un chófer en la onda

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La recepción del hostel donde me hospedé me puso en contacto con el chófer de un rickshaw muy simpático con el que, después, pacte un servicio diario en el que él me conducía a los sitios más recomendables de Agra en los que, si compraba algún artículo, él percibía una comisión. Un trato justo que me aseguró comodidad y la experiencia de visitar tiendas de ropa típica donde me recibieron con tazas de té, tiendas de cerámica e instrumentos, rincones secretos desde los que fotografiar el Taj Mahal y me aportó muchos consejos útiles. Incluso me gestionó la tramitación de un teléfono móvil y tarjeta indios.

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Sobre raíles

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El mejor modo de atravesar la India es vía ferroviaria. Yo viajé 32 horas desde Agra hasta Goa y confirmé el espectáculo que supone ver los diferentes contrastes del país a través de las ventanillas, la transición del frío norte al exótico sur, los comerciantes que entran en el tren y ofrecen vasitos de té chai con samosas, las mujeres con canastos de fruta o las curiosas amistades que puedes entablar mientras viajas. A la hora de dormir muchos compartimentos se dividen en literas (más cómodas de lo que parecen). Una experiencia única, ideal para reflexionar, relajarse y escribir en un cuaderno de viaje.

Exotismo e indigestión en Goa

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Situada en la costa centro oeste de la India, Goa es un paraíso de ambiente hippie y portugués al que suelen viajar muchos locales del interior durante el período de vacaciones. Lamento decir que, aunque la calidad de las playas no es la mejor del mundo, el ambiente tropical que acompaña la zona costera es inmejorable. Por otra parte, en Goa tuve la peor indigestión de mi vida tras consumir pollo en un bar, por lo que aconsejo a los viajeros a no tener prisa por comer carne en un país tan vegetariano como la India. En caso de indigestión, hay que no tomar medicamentos antidiarreicos, ya que estos frenarán el proceso regenerativo del cuerpo.

La Tierra de Dios

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Así es como conocen los locales  a Kerala, región tropical y sureña de la India a la que, sin duda, me gustaría volver muy pronto. Kerala cuenta con atracciones como los backwaters, puntos neurálgicos como Fort Kochin (primera imagen del artículo) y un exotismo que explota en mares de palmeras, elefantes en las carretera y un clima que, en marzo, es especialmente caluroso. Tras unos días cerca del mar me adentré en el interior, concretamente cerca de la reserva Periyar donde avistar al tigre no es tan fácil como nos hacen creer. No obstante, merece la pena perderse entre esos campos de té, mercados de especias y selvas frondosas.

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Contar todas las experiencias que supone un mes de viaje en la India podrían dar para un libro completo, de hecho este viaje sirvió para algunas de las historias de ficción incluidas en el libro Cuentos de las tierras cálidas. Y es que la India es un lugar bello, de buenas gentes (a pesar de los primeros anfitriones), ambientes tan sagrados como bulliciosos o experiencias que no caben en un solo artículo. Sólo espero que esta recopilación de mejores anécdotas / consejos les haya servido y, ante todo, que sigan su instinto, viajen, descubra, reflexionen en otras playas y selvas hasta darse cuenta de que, efectivamente, viajar es la sal de la vida. 

Namaste Ji.

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