Una escuela propuso organizar una fiesta tipo "casa embrujada" emulando la tragedia de Orlando

Pulse fue el local bailable donde ocurrió la masacre dirigida a los gays de Orlando, y en una "casa embrujada Cristiana" (un evento común en aquél país) no tuvieron mejor idea que imitarlo. 

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El evento se iba a llamar " The Room: A Journey to Hell" (la habitación: un viaje al infierno) y presentaba una representación de la escena donde fallecieron 50 personas y otras tantas fueron heridas, en parte para "parodiar" los hechos de violencia y al mismo tiempo "crear conciencia".

Si esa representación de lo sucedido en Pulse no alcanzaba para atraer gente, también se ofrecían otras habitaciones dedicadas al "aborto fallido" y el tiroteo en la Iglesia de Charleston del pasado año.

Para quienes no estén familiarizados con las "Hell Houses" (casas del infierno), se trata de una celebración típicamente Cristiana y previa a Halloween, en la que un grupo de personas experimentan situaciones propias del infierno (según ellos) pero adaptadas a la vida real, para luego analizarlas y terminar en una escena de ascensión al Cielo. Algo muy similar a las atracciones de un parque de diversiones, pero con un tono religioso de fondo.

Todo hubiese sido "normal", si no se tocaran estos temas de forma tan liviana y trivializando las tragedias y los sufrimientos ajenos. ¿De qué manera se genera conciencia así? La parodia como recurso didáctico o movilizador sin duda es muy efectiva, pero este no parece ser el caso. 

En la semana previa, la escuela que colaboraba en la organización y funcionaba como huésped decidió abandonar la idea, y finalmente asumió las consecuencias de sus actos y las presiones.