De todos los animales peligrosos que viven bajo el agua, probablemente la ballena sea uno de los últimos en la lista (siempre y cuando no se trate de una ballena asesina). Estos cetáceos, a pesar de superar en tamaño a la mayoría de los animales acuáticos, son vistos como los más tranquilos e inofensivos de dicho ecosistema, o al menos lo eran hasta que una ballena Bryde se comió a un hombre.
Una ballena se comió a un fotógrafo y milagrosamente lo escupió vivo: el video despierta los nervios


Pero no entres en pánico. La ballena lo escupió en menos de dos segundos, por lo que podemos continuar creyendo que estos animales son los más indefensos del océano.
Ballena se traga a un hombre y luego lo escupe
Rainer Schimpf es un instructor de buceo con más de una década de experiencia. Aun así, no esperaba vivir esta aventura de película mientras buceaba en las aguas de Port Elizabeth, en Sudáfrica, y nadaba tras un gran grupo de sardinas perseguidas por delfines, tiburones, pingüinos y otros animales que buscaban alimento.

Sumergido en su trabajo, tomaba fotografías del mundo submarino en plena acción cuando, de repente, una ballena Bryde apareció de la nada, abrió su enorme boca y se lo devoró.
«Estaba tratando de obtener la foto de un tiburón atravesando el cardumen. Al momento siguiente, todo se oscureció y sentí algo de presión en mi cadera», contó Schimpf en un documental del canal Barcroft Animals.
Luego, respiró hondo y se preparó para ser devuelto al agua por la ballena uno segundos después. Mira el impactante video del momento en el que la ballena emerge a la superficie y atrapa al instructor:
Extraordinary images show the moment a diver was almost swallowed by a whale off the South African Coast. #7News pic.twitter.com/vKmWzPNYV9
— 7NEWS Sydney (@7NewsSydney) March 10, 2019
Afortunadamente, y al igual que en la historia bíblica de Jonás, el buceador logró salir con vida de la boca de la ballena que, al notar que algo extraño estaba sucediendo, abrió las fauces bajo el agua y dejó que el hombre se escapara.
«Las ballenas no son devoradoras de hombres. Esto no fue un ataque, no fue culpa de la ballena, fue solo un accidente», remarcó la también instructora de buceo Claudia Weber-Gebert en el mismo documental.
Si la ballena realmente hubiese querido tragarse al buceador, seguramente no lo hubiese logrado. Y es que esta especie de cetáceos posee esófagos extremadamente pequeños para su gran tamaño (15 metros de largo aproximadamente). Por eso, los alimentos que conforman su menú son peces pequeños como las sardinas que se encontraba persiguiendo.
¡Fue un momento de mucha tensión! Y si algo es seguro, es que el buceador tuvo mucha fortuna de haber sido expulsado por la ballena unos segundos inmediatamente posteriores a ser engullido. Ahora, puede contar la anécdota como si fuera el mismísimo Gepetto de Pinocho.
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