Un león marino persiguió un bote por su pescado y nos da una lección de persistencia

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Los 390 kilos que puede llegar a pesar este león marino se hacen ligeros si de ir por comida se trata. ¡Mira a qué velocidad nada tras esa embarcación! ¿Qué buscaba? Un suculento pescado. Quizá lo tenía en la mira para su cena, pero el pescador llegó primero y se lo quitó. Pobre león marino, ¡no se iba a quedar con la boca echa agua!

Como vemos en el video, el animalito nadó con una rapidez notable detrás de la pequeña nave y el pescador, quien sabía qué era lo que buscaba y, de forma muy gentil, le abrió la puerta y le indicó el camino. El león simplemente tomó lo suyo con su trompa y regresó al agua... ¿mal educado? Bueno, cuando hay hambre, hay quienes pierden hasta la educación.

¿León marino o foca?

Imagen Thinkstock

¿Cómo saber que se trata de una león marino y no de una foca? Después de todo, son animales muy similares. No es para menos, pues vienen de la misma superfamilia: la Pinnipedia (nada que ver con la popular enciclopedia online); aunque cada uno representa una especie diferente: las focas son Phocidae y los leones marinos; Otariinae.

Sabemos que nombre científico no es suficiente para distinguir a ambos, por lo que es importante que sepas que, al contrario de los leones marinos, las focas no tienen orejas, sino un orificio a cada lado de la cabeza. ¿No lo habías notado?

Además, las focas bebés son de color blanco y con un pelaje copioso, característica que les sirve de camuflaje para los depredadores que las persiguen. Al crecer, toman un tono gris pardo. Por su parte, los leones marinos son siempre del mismo color: marrón oscuro.

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La trompa de los leones marinos es más alargada y está provista de muchos más bigotes que las focas. ¿Te atreverías a contarlos? Finalmente, las focas tienen sus patas traseras mirando hacia atrás, lo que da la impresión de una aleta. Las delanteras son cortas y carecen de articulación. Los leones marinos tienen sus aletas traseras separadas, y las delanteras sí tienen articulación.

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Otra característica interesante es que las focas nadan mejor que los leones marinos; claro, eso con la excepción del protagonista de este artículo que demostró que nada muy bien.

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