La crueldad del ser humano no tiene límites y lo comprobamos con cada noticia de un animal en vías de o en extinción y totalmente pacífico que es muerto a sangre fría, con la cobardía que representan las armas de fuego.
Un famoso cazador murió aplastado por el elefante que acababa de matar

Por esta razón, la humanidad siempre tuvo un impacto muy negativo en la fauna de nuestro planeta. Tanto para los animales en su hábitat natural, dónde son cazados y asesinados injustamente, hasta incluso dentro de nuestros hogares, donde compramos animales que son cuidadosamente cruzados con el fin de obtener ciertas característica estéticas y físicas que el ser humano prefiere.
Si los animales tuvieran la misma maldad, probablemente no quedaría ni una sola persona viva. A veces la tragedia nos sirve para aprender a comportarnos acorde a nuestra especie y puede que este sea el caso.
Dos tragedias, una injusticia

Una vez más un animal murió en manos de un cazador, solo que esta vez se llevó al cazador con él.
Lo que le sucedió al célebre cazador Theunis Botha podría servir como ejemplo a todos los cazadores en el mundo. Botha se encontraba en el pueblo Gwai, de Zimbabue, junto a sus colegas en un territorio acosando a una manada de elefantes cuando una hembra respondió ante el peligro que se avecinaba y decidió defender a sus crías.
El elefante se acercó y levantó a Botha con la trompa pero fue enseguida abaleado por otro cazador, quien buscaba defender a su compañero lo más rápido posible. Sin embargo, nunca se imaginó que al pegarle un tiro mortal al elefante, éste caería arriba de Botha, aplastándolo y causándole heridas mortales.
Theunis Botha falleció instantáneamente.
Una muerte sin sentido

La cacería estaba autorizada por las autoridades que gestionan los parques y la fauna en el país. Aunque en este caso la cacería fue legal, muchas personas se cuestionan cuantas muertes más tendrán que suceder para que se considere esta cuestión por terminada.
Cada animal que es cazado, es arrebatado de su familia y de su hábitat sin más razón que para el beneficio económico de unos pocos. Si tenemos en cuenta que además de las cacerías legales, aún se practican cacería ilegales y se continua destruyendo el hábitat de miles de animales, sin duda alguna estamos tomando el peor camino posible hacia nuestra destrucción.
La caza legal es un deporte de cobardía, dónde animales que están tranquilos y despreocupados son acosados y espiados, para diseñar una estrategia sutil y sigilosa para quitarles la vida. Más aún teniendo en cuenta que, al ritmo que está cambiando el clima y la flora de nuestro planeta, probablemente en unos años muchos de estos animales estén ya extintos.
Lo que seguimos sin aprender es que si la naturaleza se defiende es porque cazar a estos animales no está bien.
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