La cantidad de cargos por múltiples crímenes que tendrían los nazis involucrados en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial es inabarcable e inimaginable.
Un año más, y los SINIESTROS hechos del Holocausto todavía nos impactan

Ya han pasado muchos años, pero nunca serán suficientes para olvidar y curar los extremos de crueldad y atrocidad que seres humanos alcanzaron durante este hecho histórico tan nombrado y todavía cuestionado hoy en día. ¡Para que la historia no se vuelva a repetir!
Jamás alcanzarán los adjetivos para describir el despiadado comportamiento de estas personas, ni tampoco encontraremos una versión de algún psiquiatra o psicólogo que puedan explicar por qué se llevaron a cabo. A continuación, verás algunos datos de los que probablemente no tenías idea.
¿Cuántas personas murieron?

Por si todavía te queda la duda de cuál fue la magnitud exacta de este genocidio, debes saber que la cifra aproximada de personas que fueron asesinadas entre 1933 y 1945 fue de 11 millones. ¡Es como si hubieran exterminado a la población de todo un país!
Sonderkommandos
Los llamados ''sonderkommandos'' en alemán eran personas consideradas ''guardadoras de secretos''. Su tarea era deshacerse de los muertos, sacar los dientes de oro de sus dentaduras y tirar las cenizas. No eran nazis, sino que también eran prisioneros que, al tener demasiada información, no eran mantenidos con vida durante mucho tiempo.
El primer deber de un sonderkommando era deshacerse del cuerpo de la persona que él estaba sustituyendo.
¿Qué tan sádico y escalofriante suena esto?
Trenes del horror

Durante la travesía en que las pobres víctimas eran transportadas al campo de concentración, no se les proporcionaba ni agua, ni comida ni ningún tipo de ventilación. Era de esperar que, en estas condiciones, muchos murieran durante el tortuoso periplo.
En cada tren solo se podían trasladar cómodamente a 50 pasajeros, pero solían llenarlos al menos con 200 personas. Pero esto no es lo peor: los nazis cobraban un boleto a cada una de las personas que se subía a los trenes. Así es: los condenados eran obligados a comprar un pasaje de ida hacia su propia muerte.
Música diabólica

Cada vez que arribaba alguien nuevo al campo de concentración, una orquesta compuesta de prisioneros tocaba una canción, mientras que otros que marchaban hacia su muerte eran obligados a cantar. Era una forma retorcida de hacer sentir incluso peor a las víctimas.
La melodía seguía incluso cuando se encendían las cámaras de gas. Pero ni siquiera esto podía aplacar los horribles gritos de dolor y desesperación que salían de allí.
Jabón de humanos
El mito de que los nazis producían jabón con la grasa de todas las personas asesinadas es algo que se escucha a menudo. Sin embargo, no hay evidencia suficiente para probar eso, pero lo que sí hacían era amenazar a los prisioneros con eso.
Hambre y oscuridad

Como experimentar era la actividad que más le apetecía a los nazis, no todas las personas que murieron en los campos de concentración lo hicieron de la misma manera. Unos tuvieron muertes menos dolorosas y rápidas que otros.
Algunos eran encerrados en cuartos oscuros sin recibir comida ni agua hasta que morían. A veces, esta práctica era usada como un método de tortura y en otros casos como una forma de enviar un mensaje subliminal a todo el resto.
Peores que los cuartos sin comida ni agua eran aquellos en que se encerraba a una disparatada cantidad de prisioneros en un espacio tan pequeño que no podían respirar y morían sofocados.
Desnutrición

No es sorprendente saber que la desnutrición y el hambre entre las víctimas era moneda corriente. La porción de alimentos era muy escasa y de muy mala calidad, por no decir incomible. El pan que se les daba era hecho con aserrín (¿acaso eso es comestible?), las salchichas se hacían con carne de caballo y el té era elaborado con hierbas muy malas.
Tampoco es ninguna sorpresa que esta falta de alimentación llevara a la muerte a cientos de prisioneros.
Falta de agua
Uno de los experimentos que se realizó en los prisioneros fue darles de beber agua de mar, para analizar el verdadero daño que esto podía tener en el cuerpo.
El Dr. Hans Eppinger obligó a 90 gitanos a tomar solo agua de mar, por la diversión de ''ver qué sucedía''. Las víctimas sucumbieron por una severa deshidratación.
Cifras aterradoras

Un tercio de todos los judíos de todo el mundo fueron asesinados en el Holocausto y más de la mitad de las víctimas fueron mujeres y niños.
Pero las víctimas no fueron solo judíos, sino que murieron al menos 400.000 gitanos y muchos homosexuales, testigos de Jehová y todos los que no se ajustaran a los estrictos parámetros nazistas.
Lo más intenso
El exterminio más masivo que se realizó en el Holocausto se llevó a cabo en setiembre de 1941 en un barranco denominado Babi Yar en la ciudad de Kiev en Ucrania, donde 33.000 judíos fueron asesinados en solo dos días. Fueron obligados a desvestirse y caminar hasta la punta del barranco. Cuando llegaban al final, les disparaban y sus cuerpos caían desplomados al abismo.
No había discriminación, hasta los niños eran lanzados hacia abajo. Se me pone la piel de gallina solo de pensar que esto sucedió.
La noche de los cristales rotos

La denominada ''Kristallnacht'' ocurrió en Alemania y Austria el 9 de noviembre de 1938 cuando los Nazis atacaron violentamente comunidades judías en todo el territorio. Destruyeron y quemaron aproximadamente 1.000 sinagogas y 7.000 negocios. También arruinaron hospitales, escuelas, cementerios y hogares judíos.
Negación
Sí, cuesta creer que hasta el día de hoy haya personas que niegan o justifican el Holocausto. Estos afirman que el objetivo de los nazis era la migración de todos los judíos de Alemania, no su exterminación y que el Holocausto es un invento de los judíos para satisfacer sus propias necesidades políticas y financieras.
Es escalofriante tener la certeza de que nunca sabremos con exactitud los extremos a los que los nazis llegaron, ya que gran parte de la evidencia fue destruida.
Pero, tal como hemos visto, algo hemos podido rescatar de ese silencio: la experimentación con seres humanos no solo era vista como algo ''normal'', sino que también era alentada. Se trató a estas personas como ratas de laboratorio para examinarlas y, por sobre todo, torturarlas. Los prisioneros eran sumergidos en agua helada para ''ver'' los efectos de la hipotermia, inyectados con químicos y venenos para probar su efectividad, y eran operados sin anestesia. ¿Cabe añadir algo?
Si bien resulta casi imposible imaginarse que una cosa como esta se repita en pleno siglo XXI, hoy en día no dejamos de ver incidentes y atentados violentos que ocurren alrededor del mundo. Desde el bullying que cada vez es más común entre niños, la discriminación entre grupos sociales hasta los atentados que siguen devastando a muchos países.
Todas estas problemáticas comparten la misma raíz: el odio, la discriminación y la intolerancia. Estos son los grandes males responsables de los principales conflictos a pequeña y gran escala. Pero nosotros, cada uno desde nuestro lugar, tenemos el poder de construir un mundo mejor. Es momento de reflexionar y empezar a ser más tolerantes y comprensivos, y respetar a todo aquel que tenga ideas o valores diferentes.
Solo de esta manera lograremos que estas atrocidades se detengan.







