Tully, el animal que los científicos no saben si es vertebrado o invertebrado

La paleontología es una de las ciencias más interesantes. Gracias al trabajo de los hombres y las mujeres que la practican, podemos conocer con una gran exactitud cómo eran las criaturas que habitaron nuestro planeta hace millones de años.

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Estos expertos han sido los responsables de que tengamos una idea clara, pero en constante evolución, de cómo lucían los dinosaurios millones de años antes de la funesta caída del meteorito en la Riviera Maya.

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A pesar del extraordinario rigor científico con el que trabajan, en ocasiones a los paleontólogos se les presentan casos tan complejos que no pueden ponerse de acuerdo acerca de alguna criatura prehistórica. Ese el el caso del llamado 'monstruo de Tully'.

Los científicos se refieren como 'Tully' al fósil hallado en Estados Unidos en 1958. Se estima que tiene alrededor de 280 millones de años y a primera vista cualquiera pensaría que es una babosa muy grande, pero tenía un par de pinzas en donde debería estar la boca, lo que descarta esa primera posibilidad.

Debido a esta y otras rarezas, el monstruo de Tully ha provocado intensos debates entre la comunidad científica, ya que ni siquiera hay un acuerdo acerca de si era un animal invertebrado o no.

En el 2016, un equipo de investigación de Yale concluyó que la criatura era vertebrada. Pero tres años después, en pleno 2019, parece que esa idea ha cambiado.

Tullimonstrum gregarium, nombre científico del monstruo de Tully, fue investigado por expertos de Yale y llegaron a la conclusión de que era vertebrado. Lo que antes se creía era un intestino, los científicos de Yale encontraron que es un notocordio, es decir, una columna vertebral primitiva.

Después de llegar a esa conclusión, le realizaron un estudio ocular al fósil y lograron identificar la presencia de cuerpos pigmentados de melanina llamados melanosomas, los cuales absorben la luz y mejoran la vista del animal.

Gracias a este otro resultado, se llegó a la conclusión de que este animal era vertebrado, ya que de lo contrario hubiera existido una presencia de otras sustancias, como pterina.

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De acuerdo con Lauren Sallen, paleontóloga de la Universidad de Pensilvania, los ojos de los animales han evolucionado docenas de veces, por lo cual no es descabellado creer que los monstruos de Tully pudieron haber desarrollado ojos de un vertebrado.

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Los pulpos y los calamares poseen ojos muy complejos y también son capaces de producir melanina en otras partes del cuerpo, por lo que no sería extraño si también presentaran melanosomas en sus ojos.

Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Cork de Irlanda, y la Universidad Fujita de Japón, analizaron los ojos de varios cefalópodos, en especial del pulpo común y del calamar europeo, y llegaron a la conclusión de que algunos invertebrados pueden tener melanina en sus ojos.

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Los científicos encontraron que los tipos de melanosomas en los cefalópodos se unen a sus cuerpos de manera diferente que a los vertebrados. Al examinar el fósil del monstruo de Tully, hallaron cantidades muy bajas de zinc y muy altas de iones de cobre, en comparación con los otros fósiles de la zona.

Lo anterior no hace que Tully sea un calamar, pero es una posibilidad que no puede ser descartada aún.

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Al menos se sabe que este animal no es vertebrado, y eso ha sido un increíble avance que podría dar una luz en el futuro para clasificar correctamente a esta criatura.

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