¿Alguna vez has escuchado hablar de la Letra del Año? Se trata de una tradición cubana muy enraizada en la población de esta isla que en los últimos tiempos ha cobrado más y más importancia, no solo dentro del país, sino en muchos lugares del mundo hacia donde los cubanos han emigrado.
Tradiciones cubanas: ¿qué es la Letra del Año?

Ritual religioso propio de la cultura afrocubana, la Letra del Año es una consulta que realizan los líderes de las familias el primer día de cada año, y se saca para los países donde se practica este culto.
Letra del Año: la voz de los Orichas

Lo primero que debes saber sobre la Letra del Año es que representa una comunicación entre las personas y los Orichas —esto es, las deidades del panteón afrocubano—, en la cual se espera saber qué nos depararán los dioses de enero a diciembre.
Llamada también la Carta, este evento indica a los cabecillas de cada familia religiosa ( sacerdotes mayores o babalaos) cómo les irá en el transcurso del año y qué acciones se deben tomar para que las desgracias no los agarren desprevenidos.
La respuesta regirá la conducta de los miembros de las casas (conocidas como Ilé) y, en consecuencia, deben realizar determinados rituales a lo largo del período. De no haber padrino en alguna familia, deben guiarse por la que se saca en todo el país o área geográfica.
La mitología detrás de la Letra del Año

La Letra del Año es en sí una revelación específica y directa ofrecida por Orunmila (u Orula), a quien se le llama maestro de la adivinación y el más hábil de los oráculos. Según la mitología afrocubana, este Oricha ofreció a los hombres el sistema de profecía Odu, por lo cual se le considera benefactor y protector de la humanidad.
Orunmila presenció la creación del universo, de ahí que entienda las conexiones entre el reino físico y el espiritual como ninguna otra deidad. Sin embargo, resulta interesante el hecho de que este Oricha en realidad no es un adivino, sino que posee el poder de predecir el futuro a partir de la combinación de la experiencia, la sabiduría y la inteligencia.
A lo largo de su camino por el mundo, el Oricha Orunmila vio no solo las consecuencias de las distintas acciones humanas, sino también su magnitud, sus orígenes y sus efectos en el mundo del alma. Observó también que las personas sucumbían a sus propias fallas y a las de otros, especialmente a las trampas de los facinerosos, por lo que decidió dotar a la humanidad de una vía que le permitiera prever las caídas y defenderse de estas.
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Odu: sistema de adivinación

Es a través del sistema Odu que habla el Oricha Orunmila. Para obtener este mensaje, los sacerdotes proceden a realizar 256 combinaciones —en pares de 16 por 16— de diferentes textos.
Llegar a comprender el Odu requiere años de estudio, así como experiencia al interpretar las sutiles diferencias entre los significados potenciales. Los babalaos entrenan durante años para convertirse en sacerdotes ancianos expertos en discernir los mensajes.
La interpretación de la Carta depende del conocimiento y talento analítico de los babalaos que la realizan. Por lo tanto, hay varias interpretaciones, y estas —como es de suponer en todo oráculo— reflejan realidades sociopolíticas diferentes. El resultado refleja el consenso del grupo y se transmite a todos los creyentes y al pueblo cubano en general a través de publicaciones escritas.

Países como Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, México, Panamá, España, Brasil, Francia e Italia también reciben el mensaje al comienzo de enero. Originado en una mitología que expresa valores humanos de gran riqueza, este evento social constituye una herramienta práctica que ofrece a los creyentes optimismo y valor para enfrentar el futuro desde la inteligencia y la previsión.
Quizás sea por su humanismo que la Letra del Año haya desbordado los límites puramente religiosos para convertirse en una verdadera tradición de todo el pueblo cubano.






