Te invitamos a conocer al genial Relay, el primer robot para el servicio de habitaciones de hotel

Imagen Thinkstock

No es extraño que la innovación llegue de Silicon Valley, donde ya algunos hoteles están encargando a robots parte de los trabajos más rutinarios de las camareras. Te invitamos a conocer al sorprendente Relay, el primer robot para el servicio de habitaciones de hotel.

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El dolor de cabeza de los hoteles

Algunos servicios en grandes hoteles constituyen verdaderos problemas ante la imposibilidad de prever con precisión la cantidad de solicitudes que podrían presentarse en un día o una noche cualquiera ¿cuántos clientes llamarán para pedir jabón? ¿Cuántos huéspedes querrán comenzar la jornada nocturna en la misma habitación con una botella de champán?

Las administraciones hoteleras se dotan de personal para cubrir las necesidades promedio. Cuando los pedidos de servicio alcanzan un pico, aunque las atareadas camareras exijan sus piernas al máximo, las entregas se retrasan, los clientes se irritan y las úlceras de algunos gerentes hoteleros reactivan su desagradable trabajo.

El robot de servicio de habitaciones Relay («relevo») podrá prestar también un inmenso servicio a las piernas de miles de personas que se ganan la vida como empleadas de hotel y a los estómagos de los atareados directores diurnos y nocturnos.

No olvides saludarlo en el elevador

No te alarmes si la próxima vez que solicitas toallas limpias en un hotel, un simpático robot toca a tu puerta para hacer la entrega y pregunta si deseas algo más. Tú seguirás haciendo el pedido como hasta ahora: descolgarás el teléfono y harás el requerimiento.

Los cambios empiezan cuando se recibe tu solicitud. Un empleado de carne y hueso introduce en la panza del robot la cosa solicitada y marca el número de habitación de destino. A partir de allí, el robot se las arregla por sí solo. Se desplaza tranquilamente hasta los elevadores de servicio.

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Pulsa el botón del piso al que se dirige, no sin antes saludar alegremente a algún compañero de trabajo humano que comparta el ascensor y se baja en el nivel de destino. Camina por el pasillo sin molestar con tropezones a los huéspedes y toca el timbre de la habitación.

Al abrirse la puerta se abre también la del robot y el huésped toma sus cosas. Aquí te dejamos un video de un hotel que tiene a modo de prueba a uno de estos amigables robots.

¡Pedí hielo y me trajeron cervezas calientes!

Una cosa importante, si solicitaste papel higiénico con carácter de urgencia y Relay se presenta con un inmaculado juego de toallas, no culpes al robot; el responsable de la equivocación ha sido el empleado humano que procesó el pedido.

Los creadores de Relay prefirieron no construirlo con forma humana para que los clientes no hagan peticiones que vayan más allá de sus posibilidades, como solicitarle que entre a tender la cama, que seguirá siendo, por ahora, trabajo de homo sapiens.

No estamos al tanto de si Relay aceptará propinas. Lo que sí es seguro es que el cliente podrá valorar la calidad del servicio recibido y Relay está dotado de las teclas necesarias para que el huésped manifieste su grado de satisfacción.

Incluso la ultra moderna robótica se niega a prescindir de antiguas costumbres humanas. El cliente puede catalogar el servicio entre los 5 viejos clásicos de la selección de opciones: muy deficiente, deficiente, bueno, muy bueno y excelente.

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Relay no se cansa y siempre está de buen humor, por lo que ha logrado reducir considerablemente los tiempos de entrega en los hoteles donde está trabajando ¿Dejaremos de darle los buenos días a las sencillas camareras de los hoteles, para en cambio saludar cordialmente a un gracioso robot? ¡El tiempo lo dirá!