¿Somos las únicas víctimas del machismo?

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El siglo XXI representa una fase de liberación femenina, en la que la conciencia y el entendimiento de nuestra situación nos ha llevado a luchar por nuestros derechos. Una conferencista TED y activista por los derechos de las mujeres refirió a este tema y su mensaje es verdaderamente valioso.

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¿Somos las únicas víctimas?

Seríamos demasiado simplistas si consideráramos que el machismo solamente afecta a las mujeres. Sé que me dirás que los chicos tienen poder, derechos, aceptación social y oportunidades, mientras que nosotras debemos pelear por lograr disfrutar de la misma situación. Pero las mujeres tenemos algo único, un movimiento con identidad y fuerza que nos permite ser lo que deseamos ser.

Ser feministas es elegir qué tipo de mujer nos gustaría ser y luchar por las oportunidades sin olvidarnos de nosotras mismas. Podemos ser madres y amas de casa, o geniales profesionales que decidieron no tener pareja. Y también tenemos la posibilidad de ser ambas.

Los hombres, en cambio, deben justificar de forma constante su masculinidad con los otros hombres. A ellos les cuesta ser amos de casa sin ser tildados de «blanditos», tampoco pueden ser estilistas o artistas con facilidad, porque los «verdaderos hombres» hacen tareas de «machos».

Pongámoslo así: un hombre sensible, que cuida de su apariencia, disfruta de charlas sentimentales profundas con sus amigos y llora con películas románticas suele ser mirado por los otros hombres de una manera diferente. ¿Por qué? En teoría,  los verdaderos hombres no lloran, ni hacen tareas del hogar.

Hablemos de ropa...

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El hecho de que las mujeres usemos jeans, chaquetas, camisas e incluso trajes está socialmente aceptado. Esto no nos hace menos femeninas. Sin embargo, no hay hombres que usen vestidos o blusas.

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... y de la libre expresión de los sentimientos

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Varios estudios han demostrado que los hombres no se sienten tan libres al momento de hablar de temas delicados o sensibles, debido a las imposiciones sociales sobre la masculinidad. No consiguen encontrar una forma «digna» de un «macho» de conversar con un amigo acerca de sus sentimientos sin que eso se sienta «raro».

Como vemos, el machismo también afecta al género masculino. Pero debemos tenerlo siempre presente: generar el cambio está en nosotros y no necesitamos ser grandes activistas para ello. El primer paso es reflexionar sobre nuestra realidad.