Un circuito de proteínas en el sistema inmune de los mosquitos Anopheles permite que estos insectos maten al parásito Plasmodium de la malaria o paludismo, una enfermedad que provoca entre 700.000 y 2,7 millones de muertes anuales en el mundo.
Sistema inmunitario del mosquito contra la malaria

Un equipo encabezado por George Dimopoulos, del Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Universidad John Hopkins, descubrió que una serie de proteínas en el mosquito emiten una señal transductora (cambia una energía de entrada a otra diferente en la salida) para que el organismo combata la infección.
A medida que cada una de estas proteínas, llamadas factores de transducción de la señalización de la inmunodeficiencia, se activa o desactiva, van encendiendo o inhibiendo a la siguiente e inician la respuesta de inmunidad.
Método de apagado
Para su estudio, el equipo usó un método de interferencia del ácido ribonucleico que «apagaba» las proteínas para ver cómo se modificaba la resistencia a la infección. Lo que se observó, según Dimopoulos, es que las proteínas operaban como «una ristra de luces de Navidad u otro circuito eléctrico que no funciona cuando las partes no están alineadas en la secuencia adecuada».
Pero lo más significativo fue que se descubrieron los factores que operan en la transducción de las señales, algo que permitió conocer qué genes manipular para crear un mosquito resistente a la malaria.
El estudio se basó en trabajos anteriores que mostraron que el apagado del gen Caspar del circuito activa el factor de transcripción de inmunodeficiencia REL2, que a su vez activa a los efectores (células para ejecutar respuestas) TEP1, APL1 y FBN9 para matar a los parásitos.

Estudio similar
En un estudio similar un equipo del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México descubrió que algunas células pericárdicas del corazón de los mosquitos evitaban la infección de malaria. Según vieron, el parásito Plasmodium, antes de llegar a las glándulas salivales del insecto (desde donde pasa al ser humano), viaja por el sistema circulatorio y en el corazón es detenido por las células pericárdicas.
«Estas células realizan funciones similares a las del riñón humano: filtran sustancias tóxicas del sistema circulatorio y mantienen su homeóstasis. Y además, pueden detener y destruir microorganismos», señalaron los investigadores.
«Si conseguimos que el mosquito sea incompatible con el parásito, sólo deberíamos convivir con sus picaduras, pero no nos enfermarían», sostuvieron. Su intención ahora es aplicar el descubrimiento en otros insectos transmisores de enfermedades, como los mosquitos del dengue o las vinchucas que portan Chagas.









