Quizá no esté tan lejos el día en el que puedas viajar en un coche «diesel» sin emitir gases contaminantes a la atmósfera.
¿Será el e-diesel nuestra salvación contra la contaminación?

Un novedoso combustible que nació químicamente hace un siglo

Hay que remontarse casi cien años para encontrar los antecedentes teóricos del ahora revolucionario e-diesel. La ciencia química llama gas de síntesis o sintergas a la mezcla gaseosa rica en óxidos de carbono e hidrógeno que se genera cuando se queman combustibles fósiles (carbones y sus derivados, petróleo y sus derivados) y biomasa.
Son los principales responsables de la contaminación y el cambio climático. Su apelativo de «síntesis» se deriva de su uso para fabricar hidrocarburos sintéticos y productos industriales como amoniaco y metanol. Este método de fabricación, conocido como Proceso Fischer-Tropsch, fue inventado en los años 1920 por los químicos alemanes Franz Fischer y Hans Tropsch.
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Tenemos demasiado dióxido de carbono, ¿qué hacer con él?

Antes de la Revolución Industrial se respiraba aire puro. Este evento dio el pistoletazo de salida a la quema masiva de combustibles, que nos condujo al contaminado planeta que tenemos hoy en día. El automóvil y la climatización (calefacción y enfriamiento de aire) prestaron también una gran ayuda.
Hace 300 años, en el aire habían 280 ppm (partes por millón) de dióxido de carbono. En verdad la atmósfera contiene poquísimo dióxido de carbono; pero cuando sube de 280 a 350 o 380 ppm, aunque siga pareciendo una gotita en un océano, se trata de un crecimiento muy malo para todos. Ya hemos alcanzado niveles de 400 ppm de dióxido de carbono en la atmósfera y la tendencia de largo plazo es al alza. ¿Qué hacemos con él?
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Sí pudiéramos ser como las plantas

Los seres humanos respiramos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono. Las plantas son diferentes; emiten un poco de dióxido de carbono cuando respiran, pero es muchísimo más el que consumen en la fotosíntesis, que es el proceso energético que emplean para crecer. De hecho, las plantas crecerían asombrosamente con concentraciones de dióxido de carbono del orden de los 600 ppm, algo que sería catastrófico para el planeta en su conjunto.
Por eso, la mejor forma de mejorar la productividad de un invernadero es inyectándole dióxido de carbono. Ya se está haciendo. Montas un pequeño generador a base de gas natural u otro combustible, utilizas la energía eléctrica producida para calentar el invernadero (hasta es posible que te sobre un poco de electricidad para vender a los vecinos), recoges el dióxido de carbono producto de la combustión y se lo das a las plantas para que crezcan más rápido. Resultado: hermosas hortalizas «ambientalistas».
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Pero sigue sobrando demasiado dióxido de carbono

El consumo de tomates y pepinos ecológicos, producidos inyectándole dióxido de carbono a los invernaderos, tiene todo el glamour del mundo y muchas personas estarían dispuestas a pagar unos cuantos dólares más por una ensalada de lujo, pero es irreal pensar que podríamos mantener a la humanidad a base de vegetales de invernaderos.
Un combustible que utilizaran los coches si podría ser un buen golpe. Pues bien, ese combustible ha llegado. Todavía son unos pocos litros, gotas en el océano de gasolina y diesel tradicional, pero todo lo que llega a grande siempre fue antes más pequeño. La automotriz alemana Audi, junto con la empresa de nuevas energías Sunfire, han puesto en marcha una mini instalación para producir un diesel ecológico.
¿Has oído hablar del gas de los pantanos? Es la mezcla de metano y dióxido de carbono que se produce en los pantanos por la putrefacción anaeróbica (en ausencia de oxígeno) de la materia vegetal. Pero no necesariamente hay que ir a una ciénaga para encontrarlo. Este gas puede ser generado deliberadamente en un dispositivo para usarlo como combustible y recibe el nombre de biogás. La planta alemana genera la energía eléctrica que requiere con biogás y la usa para elaborar el e-diesel.

En el proceso, muy intensivo en energía eléctrica, se calienta agua a 800 grados centígrados para separar sus átomos de hidrógeno y oxígeno, y a continuación el hidrógeno se mezcla con dióxido de carbono tomado del mismo biogás y de la atmósfera. De la reacción de ambos componentes se originan hidrocarburos que se van refinando hasta obtener el e-diesel.
Por ahora son solo algunos litros a un costo muy elevado, pero quizá no esté muy lejano el día en el que puedas viajar por Europa y llenar el tanque con e-diesel sin tener que gastar la mitad de tu presupuesto.
¿Sabías de esta innovación en el mundo energético? ¿Qué te ha parecido?









