Actualmente, las enfermedades mentales están dejando de ser un tabú ya que cualquiera puede padecerlas y gracias a la ciencia existen tratamientos para curarlas o al menos mantenerlas controladas.
Según la ciencia, las personas con cerebros más grandes serían más propensas a desarrollar trastornos mentales


Hay gente con predisposición genética a condiciones como la depresión, pero científicos acaban de descubrir otro factor que incide en las posibilidades de padecer alguna enfermedad mental: el tamaño del cerebro.
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Cerebros más grandes, mayores probabilidades de trastornos mentales

Expertos franceses descubrieron una interesante consecuencia de los cerebros grandes y no solo humanos, sino que también en el mundo animal. Aquellas especies con cerebros de mayor tamaño eran más propensas a las enfermedades mentales ya sea aquellas que alteran el comportamiento o las degenerativas.
Las razones serían bastante simples: un cerebro de mayor tamaño implica que las señales tengan que recorrer una mayor distancia entre un área y otra, formado así más conexiones y aumentando las posibilidades que algunas de ellas fallen.
Los investigadores de la Universidad de Lyon I - Claude Bernard en Francia analizaron los cerebros de animales pequeños como las ratas y los de aquellos más similares a los humanos como es el caso de los macacos para probar su hipótesis.
El rol de las conexiones neuronales en las enfermedades mentales

El cerebro, no solo humano, sino que de casi cualquier animal, en forma constante está enviando y recibiendo señales entre sus diferentes zonas para poder realizar todas sus funciones y según su tamaño es necesario que estas redes neuronales sean más o menos extensas.
En cerebros grandes y complejos, como por ejemplo el del humano, se deben crear no solo más conexiones neuronales entre sus diferentes áreas, sino que estas son más largas. Si bien los tamaños de los cerebros humanos no suelen variar mucho entre sí, hay personas que poseen uno más grande.
Los humanos con cerebros grandes, según los autores de este estudio, tienen más circuitos neuronales y las conexiones nerviosas son más largas, lo que contribuye que aumenten las posibilidades de desconexiones o errores en el envío de la información.
Estos cortocircuitos cerebrales tendrían un rol clave en la aparición de enfermedades como la esquizofrenia, trastorno bipolar, Alzheimer y Parkinson entre otras.
Si bien los científicos aún no realizan pruebas en humanos, creen que el considerar el tamaño de los cerebros a la hora de buscar factores de riesgo sería clave para prevenir o actuar de forma temprana evitando que enfermedades que afectan la mente o neuronas destruyan la vida de una persona.
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