Según la ciencia, hay evidencias que demuestran que nuestro cuerpo sigue vivo después de la muerte

Contrario a lo que siempre creímos, parecería que la muerte no es el fin para nuestro cuerpo. En toda religión se cree que luego de la muerte hay algo más, con distintas variantes, pero en lo que refiere a la condición fisiológica de nuestro cuerpo, estamos todos de acuerdo en que, lógicamente, cuando morimos nuestro cuerpo también muere.

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Sin embargo, un equipo de científicos descubrió que puede que esto no sea del todo cierto. Al parecer  nuestro cuerpo sigue reparándose luego de la muerte. Estos resultados son revolucionarios para la ciencia y la medicina.   

La expresión genética en el cuerpo

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Lo que descubrieron los científicos no tiene ningún antecedente. La expresión genética, que es la información del ADN que codifica proteínas, y otras moléculas que permiten el funcionamiento perfectamente coordinado y estructurado del cuerpo, puede incrementar una vez que morimos. La investigación se centró en la actividad postmortem y reportó que en muchos casos, la expresión génica incrementaba postmortem. 

El autor del estudio,  Peter Noble, de la Universidad de Washington y del Estado de Alabama, explicó que «cuando un organismo muere, no todas las células mueren», en el cuerpo hay distintos tipos de células que tienen distintos tipos de períodos de vida, de tiempos de generación y de respuesta al estrés extremos. Por esta razón, hay células que siguen luchando para seguir viviendo, incluso luego de que el organismo en sí, se encuentre muerto.

En particular, se cree que las células madre son las que más participan en esta reparación postmortem. Este estudio fue realizado en ratones y peces zebra, pero creen que este fenómeno sucede en todos los animales, inclusive los humanos.

La transcripción génica postmortem 

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En los estudios realizados, los científicos encontraron que la transcripción génica, que es el primer paso de la expresión génica, cuando el fragmento de ADN es transcripto a un fragmento de ARN, se incrementaba tras la muerte. En particular, la transcripción que suele aparecer asociada al estrés, la inmunidad, la inflamación y otros factores.

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Lo más sorprendente es que esta expresión continua postmortem puede suceder durante horas e incluso días luego de que el individuo fue declarado muerto. Este proceso, según el cual se activa la transcripción de algunos genes, no parece ser al azar. Por esta razón los científicos se encuentran analizando el patrón de activación para determinar qué está sucediendo realmente en nuestros cuerpos cuando nos morimos. 

Retrocediendo en el tiempo 

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Los científicos identificaron que muchas de las transcripciones vinculadas al estado embrional del cuerpo también se activaron, entonces parecería que el cuerpo comienza a retroceder en el tiempo, reactivando características celulares que suceden durante el desarrollo humano.

Pero llega un punto en el cual el cuerpo del animal se comienza a descomponer, en este momento la transcripción génica termina, pero antes de comenzar este proceso nuestro cuerpo sigue vivo a nivel celular. 

Los autores del estudio esperan repetir esta clase de experimentos, analizando cuándo es que la transcripción se frena realmente y qué ocasiona esto. Incluso se animaron a considerar la posibilidad de « frenar la muerte» e intentar que los procesos moleculares continúen funcionando sin alcanzar la descomposición.

¿Tendremos que volver a definir lo que significa «muerte»?

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