Sandra es una orangutana que logró lo que ningún otro animal había conseguido antes: ser declarada por la Justicia argentina como «persona no humana» y «sujeto de derechos», los cuales se habrían violado al al mantenerla en cautiverio en el ex zoológico de Buenos Aires.
Sandra, el caso que marcó un antes y un después en los derechos de los animales

La historia de Sandra
Nació en un zoológico de Alemania en el año 1986 y a los nueve años, fue trasladada al ex zoológico de Buenos Aires.
La Asociación de Funcionarios y Abogados por el Derecho de los Animales ( AFADA) exigió su libertad a la justicia, argumentando que los orangutanes «sienten y tienen emociones» y que tienen derecho a compartir su vida con otros miembros de su especie, ser libres y a estar protegidos del hombre.
Finalmente en 2014, la Sala II de la Cámara de Casación Penal concedió un fallo histórico al reconocerla como «sujeto no humano» y le concedió un habeas corpus, figura legal que se utiliza para casos de personas privadas ilegítimamente de su libertad.
Mucho más que un fallo
El tribunal ordenó que sea trasladada a un santuario en Sorocoba, Brasil con animales de su misma especie y un grupo de científicos intervinientes en la causa avaló la decisión, con la certeza de que el traslado al refugio sería lo mejor para ella.
Los diversos organismos de defensa y protección de los animales que estuvieron presentes en el caso de Sandra, pusieron al cautiverio y al maltrato animal como tema de agenda en Argentina.

Sandra aún espera su tan ansiado traslado a Brasil, sin saber que su caso fue sumamente emblemático para todos los derechos de los animales del mundo, debido a que a nivel global, existe una división jurídica fundamental entre «cosas» y personas, pero debemos avanzar contra la brecha que deja a los animales del lado de las cosas, ya que no son cosas, sino seres que piensan, sienten y nuestro deber es protegerlos.






