Dentro de Alemania está el Estado de Baviera. En él la bella región conocida como Alto Palatinado y en ella la ciudad de Ratisbona, una de las más bellas del mundo. Su nombre en idioma alemán es Regensburg, justamente por esta ubicada en el lugar donde confluyen los ríos Regen y Danubio. En sus cercanías se han hallado vestigios de asentamientos celtas que datan de tiempos inmemoriales pero fueron los romanos los que colocaron la piedra fundamental de la ciudad actual al construir un fuerte en el lugar, de aquel entonces data la hasta hoy en pie Porta Praetoria.
Ratisbona, en la región del Alto Palatinado
Importante parte de la historia mundial
El casco antiguo, de la que se conocía como “Ciudad de las Torres”, que cubre poco más de 182 hectáreas, se halla preservado y abundan en él variadas muestras de la arquitectura tanto románica como gótica, contabilizándose unos mil doscientos edificios históricos dentro del predio; excelentes muestras de ello son la Catedral de San Pedro y el hermoso puente, de 16 arcos, totalmente construido en piedra, que data del año 1146 y se extiende sobre el Río Danubio conectando la Ciudad Vieja con el más moderno barrio de Stadtamhof. A orillas de este mismo río, a unos diez kilómetros hacia el este, encontramos el sobrio monumento que recibe el nombre de Walhalla o Sala de los caídos, con bustos y placas recordatorias de personalidades destacadas de la región.

Por la Calle de los Enviados, o Gesandtenstrafe, se arriba a la Neupfarrplatz, la plaza más céntrica, rodeada de edificios de la época barroca. En la iglesia románica emplazada cerca de la Puerta de Jacobo podemos detenernos a contemplar sus místicas esculturas en piedra. Y podríamos llegarnos hasta la Haidplatz, una de las plazas más bonitas de Alemania, con su distintiva forma triangular, en ella está el Thon-Dittmer-Palais sede del afamado teatro Studiobühne.
Agendar una visita a la Alte Kapelle, una pequeña iglesia de aspecto sencillo pero con un deslumbrante interior barroco.
Compartiendo tradiciones
Hay cervecerías al aire libre para pasar agradables momentos mientras probamos la cerveza tradicional; casas de comida donde deleitarnos con exquisitas salchichas a la parrilla acompañadas por abundante chucrut; y alguna artesanía nos llevaremos a casa. Seguramente será algo fuera de lo común, que es lo que las distingue, como a todo el arte de la región.

En el edificio Salzstadel ("Almacén de la sal") se encuentra el divertido Centro de Visitantes que tiene dos pisos dedicados a mostrarnos la historia mediante obras y objetos, como en otros museos, pero con el atractivo de las zonas interactivas que hacen más interesante el aprender sobre el pasado. También está el Museo de Arte Ostdeutsche Galerie con obras de artistas modernos y contemporáneos; y una vez al año la bella ciudad abre sus puertas para un evento ya legendario, el Fin de Semana de Jazz de Ratisbona, que está en su edición número 25.
Hay días del año dedicados a la danza y también a los cortometrajes, pues la cultura es parte esencial de este pueblo. También el Mercado Navideño, ya sólo por él querremos visitar la bella ciudad siempre en diciembre, y para escuchar a los Gorriones de la Catedral, el mundialmente conocido coro de niños.
Los alrededores no son menos encantadores, románticas campiñas, el bosque bávaro, los Montes Jura con sus valles rocosos. Un lugar donde desearemos perpetuar nuestra visita o bien volver, no una sino mil veces.
¿Qué les parece Ratisbona? ¿Conocían sobre este sitio?