El Mer de Glace, o Mar de Hielo, es un glaciar en retroceso situado dentro del Valle del Arve, que se formó en la ladera norte del Macizo del Monte Blanco, en el Departamento de Alta Saboya, Francia. Mide siete kilómetros de largo y desciende desde los 2.400 hasta los 1.400 metros sobre el nivel del mar, ocupando una superficie de 35 kilómetros cuadrados con un espesor medio de hielo de 200 metros.
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Comportamiento del glaciar
Se origina en otros dos glaciares, el de Géant y el de Lechaud y en una cascada, la de Talèfre. En su parte frontal se forma el Río Arveyron y en su recorrido pasa entre el Aiguille du Moine y el Trélaporte, mientras que el Grande Aiguille du Dru (o Grand Dru), de 3.754 metros de altura queda al noreste. En el siglo pasado podía verse el Mer de Glace desde la localidad de Chamonix, pero su retroceso ha sido bastante importante y esto ya no ocurre.
Como la mayoría de los glaciares la masa del Mer de Glace está constantemente renovándose, debido al efecto de dos fenómenos, como son la acumulación de nieve y la ablación, causada por el derretimiento. El glaciar fluye bajo el efecto de su propio peso y su velocidad, aunque no se nota, es de al menos 120 metros por año en su parte alta y de unos 90 metros en la región de Montenvers; ambas cifras son considerables.
Al intensificarse la tensión en el hielo aparecen grietas transversales y se forman bloques, casi siempre en el mismo lugar por la forma del valle y se pierden corriente abajo, mientras que en la parte superior se van creando nuevos.
La pista de esquí más larga del mundo
Esas aguas que corren por debajo del glaciar se utilizan para la producción de energía hidroeléctrica. Cuentan que durante los siglos XVIII y XIX el glaciar avanzó hasta el fondo mismo del valle y que como llegó hasta la aldea de Les Bois fue bautizado como Glaciar de Bois. En ese entonces el Río Arveyron surgía de debajo de la masa de hielo, a través de una especie de gruta o caverna que constituyó todo un atractivo turístico porque todos querían conocerla.
Desde el Valle Blanco y a través del Mer de Glace, hay tal vez una de las más grandes pistas del mundo. Miles de esquiadores de todos los niveles quieren aventurarse y probarla; por su extensión lo más probable es que sólo pueda efectuarse un descenso al día, que es lo que realiza la gran mayoría, pero hay quienes consiguieron dos bajadas.
Si el clima se presta y la nieve está firme se puede esquiar todo el camino hasta Chamonix, eludiendo el teleférico y el tren de Montenvers que pasa cuatro veces al día. Desde el Aiguille du Midi hasta el teleférico hay 20 kilómetros y hasta Chamonix otros siete. Toda una experiencia para quienes aman esquiar.
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