Javier Mendez Ovalle asesinó a Sandra Camacho, la estranguló, descuartizó y repartió sus restos en botes de basura el 28 de junio del 2013.
Queridos medios: les ayudo con sus titulares misóginos sobre feminicidio

Después de cuatro años del crimen, el juez Fernando Guerrero Zárate condenó a 50 años de prisión y un pago de poco más de medio millón de pesos por concepto de reparación del daño para la familia de la víctima, al asesino de Sandra Camacho, de quien, lo único que sabemos, es que "algo hizo para provocar a su asesino".
O en palabras de la Revista Proceso:
"Javier atacó a Sandra en una reacción de enojo y frustración porque ella no le creyó que pronto iría a vivir al extranjero por una beca que había ganado como parte de sus logros académicos".
La justificación del crimen es: Javier asesinó a Sandra porque no le creyó que era un "genio".
Además los medios enaltecieron los logros del asesino:
Juez condena a 50 años de prisión a estudiante modelo que descuartizó a jovencita en Tlatelolco https://t.co/UOj9vmML4z
— Proceso (@proceso) May 30, 2017
Lo llaman "estudiante modelo" y minimizan el crimen.
Dan 50 años de cárcel a estudiante "genio" que descuartizó a una chica en Tlatelolco https://t.co/s9Bh3ZWJRE pic.twitter.com/M3UiTwiJb4
— Foro_TV (@Foro_TV) May 30, 2017
Más allá de los detalles del asesinato, más que repetir el nombre y los logros del asesino, es preciso destacar la manera en cómo los medios normalizan la violencia contra la mujer.
En cómo, mediante un titular y una narración "periodística", las víctimas dejan de ser personas y pasan a ser meros objetos, incluso las culpan de su propia muerte justificando al agresor, porque "algo han de haber hecho", como Sandra, de quien sólo sabemos su nombre, su edad y que "hizo enojar a su asesino".
Nos dimos a la tarea de corregir algunos titulares para comprender la importancia de dicha narrativa en los medios:
No importan sus premios, mató y descuartizó a una joven.
No importa si era un "estudiante modelo", es un homicida.
No importa si es un "genio", es un asesino.
No importa su desempeño académico, asesinó a una persona.
No importan las "razones", la mató.
Este fenómeno no es nuevo, justo en el mismo caso, un medio publicó una crónica del asesinato, en la que justifica al agresor y culpó a Sandra.
El lamentable texto se llama " El joven que tocaba el piano (y descuartizó a su novia)".
¡Ah sí!, también descuartizó a su novia, pero no importa, porque primero está el talento y después el "pequeño desliz" de asesinar a alguien.
Aquí recopilamos algunos otros casos sobre feminicidio en los que los medios minimizaron el crimen: #SiLaMato, la contraparte al hashtag #SiMeMatan
Considerar "genio" a Javier Méndez Ovalle no lo exime de ser un homicida. Rondan las fotografías de sus logros y en varios medios narraron cómo el secretario de Educación en 2012 lo felicitó y le auguró un futuro brillante, ¿importan, ahora, sus “logros académicos”, su “genio”, su capacidad en las matemáticas cuando Sandra perdió la vida en sus manos? Ella ya no tiene posibilidades para acumular logros o demostrar su genio.
Este sujeto asesinó y desmembró a una joven de 17 años, según los reportes de las autoridades, le provocó un traumatismo craneoencefálico, la asfixió, desmembró su cuerpo con un cuchillo de cocina, lo metió en bolsas de plástico y lo esparció en distintos botes de basura y en una jardinera de la Unidad Habitacional Tlatelolco en la Ciudad de México. Pese a dichas características, el homicidio no fue calificado como feminicidio.
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