¿Qué pasa si te tragas la goma de mascar?

Desde niño te advirtieron que no te tragaras la goma de mascar porque podría quedarse en tu organismo por largos años. Al parecer, el tiempo que podría estar ahí según lo que se dice es de entre 7 y 10 años, y es totalmente posible si pensamos en los ingredientes, todos indigeribles.

Las historias sobre niños que se tragaron la goma de mascar y no les fue bien son muchas, pero las más conocidas son aquellas donde la masa de esta sustancia se queda atrapada en alguna zona del cuerpo por no ser digerida y hay que extraerla manualmente o por otros medios no naturales.

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La goma de mascar en el tiempo

Este tipo de sustancia no es moderna, sino que se han encontrado terrones de alquitrán del 7000 a. C. Los griegos solían masticar resina y también los habitantes de América, cuando llegaron los españoles. Sin embargo, la goma de mascar actual nació de un error cuando se intentaba hacer un equivalente del caucho con el látex de ciertos árboles. Aunque no funcionó con este fin, se descubrió que podía ser bueno para masticar si se le agregaba sabores.

Este avance temporal muestra que la goma de mascar no es nociva para la salud, sino ya hubiera sido retirada del mercado. Que es difícil de digerir es un hecho, pero no es cierto que pueda quedarse en tu sistema digestivo por una década, porque todos los alimentos, no importa si fueron o no digeridos, se transportan hacia la salida.

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Todo toma el camino correcto

A pesar de que no se digiera la goma de mascar, tarde o temprano va a salir del organismo como toda la comida. Para que realmente sea un problema, deberías comer muchísima goma de mascar, por varios días, haciendo una masa enorme en tu estómago. Si tragas un pedazo sin querer, una sola vez, nada va a pasarte.

Entre los componentes de la goma de mascar se encuentran los emulsionantes, las grasas, las ceras, colorantes, saborizantes, preservantes y edulcorantes. Entre estas cosas, hay una gran cantidad que no son digeribles, y saldrán de tu organismo en la misma forma que entraron.

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Masticar hace que nuestro cuerpo piense que va a recibir comida, y despierte algunas de sus funciones relacionadas con la digestión. Una de ellas es la peristalsis, mediante la cual la comida se mueve desde un extremo del intestino al otro. Finalmente termina siendo excretado con los demás restos de alimentos, pero sin ser digerido.