La isla de Córcega (Corse en francés), situada a 200 km de la Costa Azul, en pleno Mediterráneo, es también conocida como La Montaña en el Mar. Las playas cristalinas bañan las faldas de altas formaciones rocosas, las llanuras transmiten armonía, las influencias italianas y francesas se entremezclan en sabores y aromas mientras que su cultura rinde homenaje a uno de sus prinsipales habitantes: Napoleón Bonaparte. Para quienes quieran aprovechar el resto del verano veamos qué hacer en Córcega.
Qué hacer en Córcega

Ile de beauté
Isla de la belleza, así es como también se conoce a esta isla, lugar de numerosas influencias iberas, romanas y griegas en el pasado debido a su posición estratégica. Hasta 1769 perteneció a los genoveses, cuyo gobierno torpe fue aprovechado por los ejércitos de Enrique II de Francia para apropiarse de la isla. El resultado es una Córcega de fusiones y que aún respira parte de su herencia italiana.
Los accesos hasta Córcega en ferry son exclusivos de Marsella, Toulon y Nice, mientras que aerolíneas como Vueling o Air France también desarrollan una plena actividad, especialmente entre abril y cotubre. La isla se divide básicamente en dos partes: Alta Córcega y Córcega Sur, cuyas capitales son Bastia y Ajaccio respectivamente. No olvideis que ademas del francés, el corso es también un idioma oficial de la isla, por lo que no os extrañéis ante algunas palabras o formas diferentes.
Encanto mediterráneo
Las playas de Córcega son verdaderos paraísos de aguas cristalinas, muchas de ellas escondidas de modo que acceder a ellas a veces sea más dificultoso o requiera ascender entre las montañas.
Comenzando por el norte, la playa más conocida es la de Calvi, al noroeste, de aguas cristalina y que. Invita a los deportes acuáticos, buenos restaurantes y fiestas, recomendable para las famílias y a medio camino de la bella Ile Rousse, hasta donde puede accederse en tren. Si saltamos a la costa noreste, descubriremos la zona de Saint Florent, abundante en resorts situados en playas familiares como Lambada, aunque las joyas de la costa son Loto y Saleccia, casi vacías incluso en verano por su exclusivo acceso por mar..
Si vamos aproximándonos al sur por la misma costa este llegamos a Campomoro, donde sus playas alternadas con cuevas son paraísos para los aficionados al snorkelling, además de sus zonas de camping.
Cupabia es conocida por sus playas cristalinas frecuentada también por... ¡vacas!, mientras que la agitada zona de Propriano esconde accesos hacia playas más escondidas tras 30 minutos de caminata. Es por ello que es recomendable llevar siempre unas zapatillas de deporte para aquellos amantes de las playas más innaccesibles.
En el Extremo Sur de Córcega termina el itinerario playero, en el que destaca Petit Sperone, la playa oficial de la ciudad Bonifacio, Sant'Amanza, un paraíso para los surfistas, o Palombaggia, una de las más famosas de la isla pero menos recomendadas para visitar en pleno verano. En estas últimas los bosques de pinos se funden con el mar creando grandes espacios para relajarse o acampar.
Naturaleza y cultura
A pesar del evidente encanto playero de Córcega, la isla ofrece otras muchas salidas para los amantes de la naturaleza y la cultura. El interior de la isla, de pobres infraestructuras que conecten las diversas ciudades, ofrece rutas de senderismo entre alguno de sus 5 parques naturales. Isla de contrastes, el pico más alto y nevado (2706 m), el Monte Cinto, y se sitúa en la región de Calvi mientras las Islas Lavezzi del sur son lugares idóneos para ir de acampada.Las gargantas de la Restonica o los acantilados de Bonifacio también son algunos de sus muchos encantos naturales.
Córcega es lugar de numerosas carreras de yates que surcan el Mediterráneo, celebración de festivales artesanales típicos donde admirar la extensa cultura corsa como el Festival del Viento, en otoño. El Museo Nacional de la Casa Bonaparte sigue los pasos de Napoleon mientras algunas iglesias como Saint Jean Baptiste, en Bastia, la más grande de la isla son las principales señas culturales.
Por último, la tradición gastronómica y vinícola de Córcega es otro de sus fuertes. Cuna del buen marisco, las comidas suelen comenzar con el pastis, un anís que se toma a moda de aperitivo junto alguno de los quesos típicos de la zona como el fresco bruccio o embutidos como el figatellu. Las carnes y pescados siempre son especiadas con orégano o menta, condimentos muy usados por los corsos, igual que las sopas maceradas. Finalmente vinos como el Nielluccio no pueden faltar en ninguna comida durante nuestra estancia pues su cultura vinícola es exquisita.
Córcega es el perfecto destino para nuestras vacaciones de verano, donde las playas cristalinas, los parajes naturales y la cultura se fusionan en una isla exquisita, de bellos rincones por descubrir y picos que alcanzar, uno de los lugares más recomendados de Francia. ¿Alguna vez has estado en Córcega?







