Praga, la más bella de las ciudades

La República Checa tiene por capital a una de las más bellas ciudades del mundo entero: Praga. Gracias a su hermoso río Vltava es que fueron construidos los característicos dieciocho puentes que le dan ese aire señorial y a la vez romántico que posee. Sus sólidos edificios, con tanto arte en sus fachadas, ven pasar miles de visitantes con ojos admirados, extasiados, y sus calles empedradas le aportan otro de esos toques que la hacen única.

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El arte, presente en todo

Los turistas utilizan los modernos segway para recorrerla, dándole energía y vitalidad al entorno. Los parques, las estatuas y los monumentos que surgen hasta en los sitios más inesperados. El verde, las largas escalinatas... cada espacio de Praga es grandioso y, sin embargo, de acogedora humildad. Grandes músicos interpretan sus instrumentos en las aceras para todo el público que quiera oírlos y excelentes pintores y dibujantes hacen retratos por pedido. El arte hace de Praga una ciudad aún más valiosa.

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Grupos de visitantes aguardan para entrar a los lugares históricos (con reminiscencias góticas, barrocas o del Renacimiento) y sacan foto tras foto, o no dejan de filmar. Porque todo es atractivo, todo amerita un recuerdo para cuando estemos lejos de ella. Al levantar la vista siempre divisaremos la cúpula de alguna iglesia, antiguos balcones de trabajadas rejas o la esfera de algún exactísimo reloj; o la Torre de la Televisión (con transgresores esculturas de bebés trepando), en la que desde lo alto se tiene una impresionante panorámica de los típicos tejados rojos y las montañas cercanas.

Una ciudad para el amor

Macetas con coloridas flores colgando de los faroles y enredaderas por doquier, barcos deslizándose suavemente por el Moldava... todo invita al amor y es por ello seguramente que se ven tantas parejas de enamorados paseando tomados de la mano o abrazados, muchos de ellos llegan para casarse en la bella ciudad y su corazón queda atrapado por los innumerables candados que dejan en prenda.

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La Ciudad Vieja, la Ciudad Nueva, el Castillo, la Plaza de Wenceslao, y el tranvía que nos permite ir conociéndola de a poco y placenteramente al igual que los tradicionales carruajes con elegantes conductores y tirados por acicalados equinos. El fuerte y original absinth y las condimentadas comidas que todos quieren probar. Cómo no querer regresar o cómo no querer quedarse para siempre si Praga es realmente una ciudad encantadora.

¿Conocían Praga? ¿Querrían visitar esta fantástica ciudad?