Una de las secuelas más graves que dejó el temblor del 19 de septiembre fue la caída de edificios. Docenas de personas quedaron atrapadas bajo toneladas de escombros, esperando durante horas a que los rescatistas llegaran hasta ellas. Algunos lograron salir con vida, pero otros, llenando de tristeza los corazones de sus familiares, amigos y vecinos.
¿Por qué se cayeron los edificios la CDMX tras el sismo del 19 de septiembre?

A ese desconsuelo se suman las familias que lo perdieron todo. En sólo unos segundos, el sismo les arrebató su hogar, su patrimonio. Se quedaron en la calle sin un techo bajo el cual dormir, sólo con lo que tenían puesto en ese momento. No tendrán más remedio que comenzar su vida de cero. Pero, ¿realmente fue el temblor el culpable de esta tragedia? ¿El derrumbe de los edificios se pudo evitar? ¿Por qué sólo algunos se cayeron?
Tipo de suelo
De acuerdo con especialistas del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la capital del país existen tres tipos diferentes de suelo y eso provoca que las edificaciones que se pueden construir sobre ellos no sean las mismas. Los tres tipos de suelo son:
- Firme: Se localiza principalmente en las zonas montañosas de la Ciudad de México. Los temblores no se perciben con tanta intensidad.
- Transición: El suelo es un poco más inestable y el impacto de los sismos es mayor.
- Blando: En este tipo de suelo las ondas sísmicas se perciben con gran fuerza y por más tiempo, casi como si una gelatina temblara. La zona centro de la capital, así como las colonias Roma, Condesa, Narvarte y Del Valle están construidas sobre este tipo de suelo, por lo que las edificaciones deben estar planeadas acorde con ese contexto.
Desde el sismo del 85 se generaron mapas de zonas de riesgo, con #Gentrificación aplicada en CDMX se puso de nuevo el $$$ sobre la seguridad pic.twitter.com/qkQLRqWNbD
— Coordinadora1DMX (@Coordinadora1DM) September 21, 2017
Un año más tarde del terrible sismo de 1985 entró en vigor una nueva ley de construcción que decretaba que los arquitectos y constructores debían poner especial atención en el tipo de suelo en donde estaban construyendo, en especial las regiones con terreno blando. No obstante, si bien dicha ley establece que las autoridades deben supervisar detalladamente las obras sobre suelo blando, no existe la certeza de que esto ocurra.
El ingeniero Christian Malaga-Chuquitaype, de la Escuela Imperial de Londres, explicó para la BBC que una parte de la población mexicana cambios estructurales en sus casas (como construir o derribar muros, ampliar cuartos, colocar ventanas, etc.), sin que exista un seguimiento por parte de Protección Civil o un conocimiento previo del reglamento antes mencionado. «A veces, en los países en vías de desarrollo, tratamos de ahorrar haciendo recortes», comentó el ingeniero en la entrevista.
El boom de las inmobiliarias
Debido al proceso de gentrificación en colonias como Roma y Condesa, en los últimos años se construyeron muchos edificios con espacios para bastantes departamentos. El problema es que esas torres se levantaron en terrenos en donde antes había casas de no más de tres pisos, impactando el suelo blando con mucho más peso.
El geofísico Cristian Farías Vega explicó para el sitio web La Tercera «En México las frecuencias fueron altas, y afectó a edificios no muy altos, de entre 8 y 15 pisos. Otro punto importante es el suelo: en Ciudad de México una vez hubo un lago, se rellenó y el suelo blando tiene mucha agua, factores que amplifican las ondas sísmicas. Cuando llega una onda sísmica a la superficie, el suelo amplifica el tamaño de la onda».

El especialista también detalló que muchos edificios que se mantuvieron en pie luego del sismo de 1985 no recibieron el mantenimiento adecuado, siguiendo la norma de construcción decretada a partir de ese terremoto. Es decir, no existió la supervisión adecuada para verificar que los cimientos, muros y columnas fueran reforzados de acuerdo con las nuevas leyes.
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La corrupción
No podemos negar que este es un grave problema que vivimos en México. Por desgracia, conseguir autorizaciones falsas o sobornar a las autoridades para que las emitan es una terrible práctica que no hemos podido erradicar.
En el caso del Colegio Enrique Rebsamen, en donde fallecieron 21 niños y 4 adultos, mucho se ha hablado sobre si la escuela contaba con los permisos necesarios para operar y para albergar a niños de primaria y secundaria dentro del mismo espacio. Lo anterior debido a que el inmueble tuvo ampliaciones en tres etapas y una de las últimas construcciones fue aquella de cuatro pisos que se derrumbó durante el temblor.
Ante este panorama la delegada de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, solicitó un peritaje para saber si hubo algún incumplimento que llevó a esta tragedia. La funcionaria declaró para El Universal: «La seguridad estructural, de acuerdo con la normatividad de la Ciudad de México, la tienen los directores responsables de obra y sus corresponsales. Cuando revisamos, por ejemplo, una carpeta interna de Protección Civil que entregan las escuelas, debe venir un papel en el que el director responsable certifica que hay seguridad estructural».

No obstante, diversos medios de comunicación como El País aseguran que las irregularidades van más allá y que el colegio operaba con permisos falsos y que tiempo atrás fue clausurado por operar en una zona con uso de suelo habitacional. Además, hay indicios de que la directora de la institución, Mónica García, construyó un departamento sobre el inmueble, sin contar con los permisos necesarios.
Aunado a esto, vecinos de la zona aseguraron en redes sociales que la escuela no contaba con un protocolo de evacuación adecuado ni con zonas seguras en caso de un sismo. «En una emergencia, la única salida (de los alumnos de secundaria) era llevar a los niños a la primaria. Para hacer esto, el único camino era el edificio administrativo. El que colapsó», se puede leer en una publicación en Facebook. «¿Habrá consecuencias?», pregunta el mismo vecino, refiriéndose a las implicaciones legales de esta tragedia.
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