¿Por qué los planetas del Sistema Solar tienen diferentes colores?

El color que apreciamos en los planetas está determinado por la composición de su superficie, pero también por la de sus atmósferas y por la forma de absorber y reflejar la luz del sol.

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Algunos hermanos de la Tierra guardan sus «secretos» para que los veamos de determinados colores.

Mercurio

Imagen Thinkstock

Integra el grupo de planetas rocosos, junto con la Tierra, Venus y Marte, también los más próximos al Sol.

Se parece mucho a la Luna y su color marrón grisáceo se debe a la composición de su superficie pedregosa, en la que predominan los silicatos. Tiene una atmósfera muy delgada.

Venus

Imagen Wikimedia Commons

Si pudiéramos apartar su atmósfera, veríamos a Venus de un color grisáceo, parecido al de Mercurio, por su superficie rocosa.

Pero Venus tiene una pesada atmósfera, compuesta principalmente por dióxido de carbono, nitrógeno y dióxido de azufre, formándose nubes y remolinos de ácido sulfúrico que le generan su apariencia amarillenta y rojiza.

Tierra

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Nuestro planeta se ve muy bonito desde el espacio, con sus océanos azules, sus bosques verdes y sus desiertos marrones y ocres.

La confusión la introducen las nubes, que un observador extraterrestre podría tomar por vastos espacios cubiertos de nieve en el Sahara, la Amazonia y otros lugares.

Marte

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El planeta rojo es el único del Sistema Solar identificado por su color característico. Su superficie tiene una alta concentración de óxidos férricos.

Como tiene una delgada atmósfera, desde la Tierra vemos el color rojizo del polvo de sus óxidos de hierro.

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Júpiter

Imagen Thinkstock

Júpiter preside a los 4 gigantes gaseosos, grupo de planetas del Sistema Solar que forma junto con Saturno, Urano y Neptuno.

Su atmósfera contiene un 81 % de hidrógeno y un 17 % de helio, que unido a otros elementos y a los cristales de hielo, forman una capa nubosa de distintos colores, predominando el marrón, naranja, blanco y rojo, incluyendo el de su famosa mancha.

Saturno

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Al igual que Júpiter, el 98 % de su atmósfera está compuesta por hidrógeno y helio, pero la presencia de fracciones de amoníaco, fosfano y vapor de agua contribuye a su color pardo amarillento.

La coloración de sus bonitos anillos es un efecto arcoíris producido por la incidencia de la luz solar sobre el hielo que los forman.

Urano

Imagen Wikimedia Commons

El planeta más frío del Sistema Solar tiene una capa de hielo recubriéndolo y una atmósfera también con 98 % de hidrógeno y helio, pero con casi un 2 % de metano.

Este hidrocarburo absorbe la luz roja, reflejándose la luz verde-azul que le da su apariencia azul turquesa a Urano.

Neptuno

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De manera similar a su vecino Urano, el menor de los gigantes gaseosos tiene metano en su atmósfera, lo que determina su color azul.

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